Brasil transita por una instancia decisiva. Así mientras se define la contienda electoral y el sucesor de Luiz Inacio Lula da Silva, el sector automotor en este país que avanza en superar su propio récord con más de 3 millones de unidades vendidas y se posiciona como el cuarto productor mundial ya tiene entre manos la elaboración de un informe para entregar al futuro presidente/a sobre los riesgos de la pérdida de competitividad.
El informe que estará listo en un tiempo se basará sobre la necesidad de continuar con medidas para proteger a la industria automotriz en este mercado, indica Valor. Uno de los principales temas que preocupan aquí y expone el diario económico y fue el tema del ultimo seminario de AutoData está centrado en la reducción de los volúmenes de exportaciones que el sector está registrando aquí. Es que las quejas están en que cada vez más brasileños circulan por el país con autos importados.
Nadie contradice la evidencia de que el real valorizado pesa en esa ecuación. Pero los ejecutivos del sector están seguros que otros factores ayudan a distanciar a Brasil de competidores como India, también en la pelea por las inversiones.
La mayoría de los autos importados actualmente viene de países con los que Brasil mantiene acuerdos como Argentina y México. Pero también están llegando con precios competitivos vehículos producidos fuera del Mercosur, es decir, Oriente.
Días atrás, el presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea), Cledorvino Belini destacó que Brasil importó 142.300 vehículos en 2006, y este año llegaría a 643.000. “En el mismo período, los volúmenes que llegaron de Corea y China crecieron 1.382%”, dijo el titular de Anfavea y presidente de Fiat Brasil y Sudamérica.
Para Belini, ser el cuarto mercado más grande del mundo comienza a dejar de ser un factor de orgullo cuando pasa a ser el motivo que atrae la entrada de competidores que producen en otras partes del planeta.
De esta manera, los responsables de las automotrices en Brasil quieren indagar sobre las condiciones competitivas que envuelven a la competencia, principalmente en Asia y serán datos que formarán parte del estudio y estarán acompañados por otros motivos que desfavorecen la producción en Brasil (por ejemplo: problemas logísticos, infraestructura, costos laborales, etc). Nada muy diferente a lo que se suele escuchar en Argentina (puntos a los que se suman presiones impositivas etc.)
Belini dijo que el estudio deberá contemplar la "búsqueda de políticas estructurales de competitividad, de estímulo a la innovación y al mantenimiento de las inversiones". "Haremos una comparación con lo que existe en el mundo", agregó.
Otro desafío para la cadena es el de los autopartistas, eslabón que participará del estudio. El Sindicato Nacional de la Industria de Componentes (Sindipecas, sigla en portugués) inició hace un tiempo su propio estudio y de allí surgió que el 90% de los asociados están preocupados con la falta de competitividad.
"Hoy vivimos con un buen mercado interno, pero los costos no son competitivos, y eso se refleja en nuestra balanza comercial, que es deficitaria", señalaron desde Sindipecas. Al igual que en la Argentina, la industria autopartista está preocupada por la necesidad de nuevas inversiones.
Para Paulo Butori, presidente de Sindipecas, Brasil "dejó de ser un país de mano de obra barata y, por eso, tiene que seguir los parámetros de países avanzados. Cuando se diagnosticó que era necesario un auto popular, se creó una solución ideal para aquel momento. Pero eso forma parte del pasado", dijo el directivo en Valor.