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HACE 64 AÑOS, PERÓN INAUGURABA EL AUTÓDROMO

Una vez que finalizó el GP de Sudamérica, más conocido como “La Buenos Aires-Caracas”, el por entonces presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, se reunió con algunos pilotos de esa epopeya y estos le hicieron saber sobre la necesidad de contar con un autódromo de nivel internacional para desarrollar las carreras que se realizaban, hasta ese momento, en la zona de los Bosques de Palermo.

Fue así que el General tomó la iniciativa y se decidió a construir un autódromo de primer nivel. Primeramente se iba a erigir en las cercanías del aeropuerto internacional de Ezeiza, pero luego se destinaron las 130 hectáreas en la que actualmente está emplazado en Lugano, al sudoeste de la Capital Federal.

En apenas 14 meses y con una inversión de $ 9.769.245,22 el circuito internacional quedó listo para su presentación en sociedad. El domingo 9 de marzo de 1952, Perón dio inicio a la competencia de Fórmula libre de la que participaron Fangio, González y Chico Landi con Ferrari 166; Manzon y Simón con Simca; Menditeguy, Daponte, Marques, Rodríguez, Abrunhosa, Cantoni, Fontes y Pian con Maserati 1500; Bucci, Cruz y Niemitz con Alfa Romeo, y Crespo con Talbot.

El Chueco, quien había marcado la pole con la Ferrari, tomó la punta pero se la intercambiaron en varias ocasiones con su coequipier José Froilán González. En las tribunas, las más de 120.000 que asistieron a la fiesta se llenaron los ojos de automovilismo. Fangio ganó por dos décimas sobre el Cabezón y Landi completó el podio a puro Ferrari.

Pero ese pasó a ser un dato anecdótico. Lo más importante de ese día fue que Argentina se insertaba en el mundo con un circuito de primer nivel. Lamentablemente hoy el “Oscar y Juan Gálvez” lejos está de aquel apogeo. Ojalá que, en algún momento, se tomen las medidas políticas necesarias para resurgir a la Catedral del automovilismo que supo vivir días gloriosos.

Por Diego Daorden

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