En la vertiginosa carrera contra el tiempo y por tratar de asegurar el futuro, General Motors anunció que reducirá el personal de sus plantas de producción en 10.000 personas durante este año.
La mayoría de las desvinculaciones comenzarán 1 de mayo (vaya fecha!) y con ello la plantilla del fabricante estadounidense pasará de 73.000 a 63.000 personas.
Asimismo, se recortará temporalmente el salario a los ejecutivos de la firma entre un 3% y un 10%, como medida para reducir costos y mantener el préstamo del gobierno por u$s13.400 millones.
“Otros países están actualmente revisando la compensación y beneficios de los empleados asalariados”, señaló la compañía a través de un comunicado.
Asimismo, agregó que “estas difíciles acciones son necesarias por la grave caída de las ventas de vehículos en todo el mundo y por la necesidad de reestructurar la viabilidad a largo plazo de GM”.
La automotriz piloteada por Rick Wagoner (su mano derecha deja la firma este año) no especificó la distribución geográfica de los puestos que serán eliminados, pero puntualizó que en EE.UU. la decisión afectará a 3.400 de sus 29.500 trabajadores.
El gobierno de EE.UU., podría obligar a GM y Chrysler a declararse en quiebra para asegurarse prioridad por sobre otras entidades financieras en el pago de préstamos por u$s17.400 millones que fue aprobado en diciembre como parte del rescate oficial.
De acuerdo a la agencia Bloomberg, ambas compañías adeudan importantes cantidades de dinero a entidades financieras como Citigroup, JPMorgan y Goldman Sachs y la administración teme que la devolución de la ayuda, procedente del dinero de los contribuyentes, pueda retrasarse.
Sería por ello que, funcionarios del gobierno estarían negociando con las dos automotrices para asegurar esa preferencia en la devolución de los créditos.
De no ser así, la actitud del Estado sería una sola: obligar a que acudan a la protección por quiebra si quieren recibir más dinero público, según la agencia. Sin embargo, las firmas no están de acuerdo con esa posibilidad.