Primera Mirada Autos

PRIMERA MIRADA FORD KUGA EN PINAMAR

FORD KUGA: BUENA IMAGEN, MEJOR INTERIOR


Tal como se venía anunciando durante el último trimestre del año pasado, una de las novedades de Ford en los primeros días de este 2010 es el Kuga, este compacto SUV construido sobre la plataforma de la segunda generación del Focus. El modelo está en la costa argentina, en el stand que la marca tiene en Pinamar y hasta allí fue Tiempomotor para tener un primer contacto con el vehículo.

Salimos desde el stand que la marca tiene en el sector de playas, en la costanera, donde exhibe la gama de productos 4×4. Desde allí encaramos para la zona conocida como La Frontera para probar las cualidades dinámicas en un terreno no apto para vehículos convencionales: las dunas. Nos subimos a una unidad con nivel de equipamiento Titanium, la más completa de lo que será la familia Kuga, y que lleva una caja automática de cinco velocidades con opción secuencial. La otra versión disponible, la Trend, viene equipada con caja manual. Ambas, con el motor naftero 2.5 Duratec con turbo que entrega nada menos que 200 caballos de potencia.

La primera impresión que tuvimos al volante del vehículo es que estamos frente a un modelo muy bien terminado, con materiales agradables al tacto, con una plancha de instrumentos de material blando, siguiendo los parámetros de “las buenas costumbres” en materia de seguridad automotriz: en caso de un accidente, siempre es mejor golpear contra materiales blandos y esponjosos.

La posición de manejo está entre la de un auto y la de un todo terreno. Es decir, está en el medio. No es tan alto como los 4×4 de ley ni tan bajo como los sedanes.

El habitáculo es amplio en altura y anchura, pero en las plazas traseras el espacio está justito… si va alguien muy largo atrás, mmmmm… puede tener problemas. Los chicos estarán bien y, para su comodidad, tienen las prácticas mesitas plegables en los respaldos de las butacas delanteras. Los asientos delanteros sujetan razonablemente el cuerpo en las carreteras de curvas. El del conductor tiene regulación en altura y del apoyo lumbar.

La carrocería, de 4.443 mm, es casi idéntica a la del Volkswagen Tiguan. De ancho tiene 1.842 mm y la altura es de 1.710 mm. La carrocería cinco puertas tiene como característica diferenciadora que el portón está dividido en dos partes; se puede abrir hacia arriba como un portón normal o sólo la parte superior, la de la luneta. Según la ficha técnica, el baúl tiene 360 litros de capacidad. Más allá de eso, a simple vista puede verse que resulta suficiente para llegar una buena cantidad de bultos con comodidad. Bajo el piso hay otro compartimento de unos 50 litros para guardar cosas.

El techo panorámico de cristal es de los que no se puede abrir. Abraca prácticamente todo el techo del auto, hasta el final de las plazas traseras. Para protegernos de los implacables rayos UV, Ford nos ofrece dos cortinas enrollables que se recogen hacia los extremos. Sin dudas, esto y el decorado del interior bi-tono es de lo más lindo del interior.

Ya en la arena de La Frontera y con 16 libras de presión en los neumáticos, el andar es más parecido al de cualquier turismo que al propio de una 4×4. Los pocos kilómetros que hicimos no nos permiten sacar conclusiones definitivas, pero podemos decir que las suspensiones son más bien duritas y que copian bien las imperfecciones del suelo, ofreciendo muy buena estabilidad.

Para el fuera de ruta va… pero obviamente no es el rey de la arena, ni le pedimos que lo sea. No es menos que un Tiguan, un Koleos o un Rav4. Este tipo de vehículos está pensado sólo como para salir airoso de una situación complicada, pero no extrema.

No tiene reductora (baja en la transmisión) ni ningún otro tipo de dispositivo de ayuda para la conducción fuera del asfalto, como un control de velocidad para los descensos.

La tracción integral cumple dignamente y como para no tener que pedir rescate. Pero lo mejor, sin dudas es la potencia que entrega el motor. Tiene de sobra.

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