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INFORME DE CESVI: SEGURIDAD A LA VISTA

FAROS BI-XENON DIRECCIONALES


Las terminales automotrices cada vez equipan más a sus vehículos de alta gama
con faros de bi-xenón direccionales. En esta nota, te contamos por qué resultan ser un aporte importante a la seguridad.

La tecnología xenón es un sistema que genera una iluminación clara y brillante que mejora la visibilidad tanto de lejos como de cerca. En este punto hay que aclarar que cuando se indica que un auto tiene faros de xenón, suele hacer mención a que sólo las luces bajas cuentan con este sistema. En tanto que cuando se habla de bi-xenón implica que tanto las luces altas como las bajas emplean este tipo de tecnología. Muchas veces estas luces vienen acompañadas del sistema direccional que contribuye a una mejor iluminación al doblar esquinas o al recorrer curvas, ya que los faros iluminan del costado y en la dirección precisa de acuerdo al ángulo de giro de volante.

Este sistema permite aumentar la seguridad activa del vehículo, ya que al poder ver con más anticipación se dispone de más tiempo para reaccionar. Además, la luz de xenón hace que la conducción sea menos estresante al brindar una iluminación superior a la entregada por las lámparas halógenas convencionales, aún en situaciones meteorológicas desfavorables.

Las ventajas de esta nueva generación de faros, en comparación con la tecnología de las lámparas convencionales, son que tienen un rendimiento luminoso hasta tres veces superior con el mismo consumo, tienen más caudal de luz (mayor superficie iluminada con distancias longitudinales y transversales mayores que ayuda a reducir el cansancio visual del conductor) y dura cinco veces más que una lámpara halógena.

Para evitar la posibilidad de encandilar a los demás conductores, los vehículos equipados con xenón deben contar de fábrica con un sistema que regula automáticamente la altura del haz de luz. Este dispositivo permite mantener constante la elevación del haz de luz, independientemente de la distribución del peso en el vehículo y los cambios verticales de la calzada como lomo de burro y pendientes inclinadas, entre otros. El problema surge cuando un usuario quiere poner este tipo de bombita a su auto que no está preparado y lo hace sin el más mínimo asesoramiento técnico ni (mucho menos) respeto por los demás. Y así es como la calle está llena de vehículos sin ABS ni airbags ni cinturones inerciales siquiera, pero sí unas luces azules desmedidamente potentes y apuntando en todas las direcciones que representan una gran molestia para cuanta persona se encuentre a los 50 metros a la redonda.

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