Lexus anticipa en el Salón de Tokio el LF-30, el prototipo que materializa la mirada de la marca japonesa sobre sus autos de la próxima década.
Diseño
En términos estéticos la marca destaca que, al no tener motor a combustión, la característica trompa “spindle” de Lexus no se limita al sector frontal sino que se extiende al resto del vehículo, con líneas super filosas y dinámicas.
La carrocería, verde “voltaic sky”, cuenta con iluminación que, según el tono, anuncia si está en modo conducción autónoma o humana. Además, los vidrios se pueden oscurecer y el techo puede reproducir la navegación y hasta replicar un cielo estrellado.
Pero lo mejor de todo es que cuenta con el Lexus Airporter, que no es ni más ni menos que un dron que, mediante tecnología autónoma podrá transportar el equipaje de los pasajeros desde la puerta del domicilio al auto. Ver para creer.
Habitáculo
El interior fue desarrollado bajo el concepto “Tazuna”, que remite al mundo equino donde jinete y monta son uno. A través de controles hápticos, con materiales típicos de la cultura japonesa (como la técnica del yakisugi) y realidad aumentada el conductor puede interactuar con todos los sistemas de manera fluida.
Mecánica
Respecto de la motorización, serán cuatro motores eléctricos en cada rueda, con una potencia no especificada, autonomía de 500 kilómetros, una aceleración de cero a cien en 3,8 segundos y una velocidad máxima de 200 km/h.
Aunque planean lanzar su primer auto íntegramente eléctrico a fin de año (noviembre), Lexus ya está delineando lo que será su line up a mediano plazo: en los próximos años sumará modelos enchufables y para 2025 ya tendrá toda su gama electrificada.
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