Producción Autos

LAS AUTOMOTRICES ENFRENTAN FALTA DE INSUMOS

EL MOTOR DE LA INDUSTRIA, EN JAQUE

La industria automotriz local supo posicionarse como el motor de los índices económicos del “modelo K”. Pero a la “niña mimada” la someten a no pasar por su mejor momento y esta semana puede tornarse más que amarga para las automotrices desde que se inició el conflicto con el campo. A la falta de piezas para producir, se suma la contracción de la demanda.

Hasta ahora las empresas en su conjunto venían “piloteando” la situación para no frenar la producción, pero las complicaciones por los cortes en las rutas y su consecuente falta de insumos, continúa agravándose hasta límites que implican frenos en la producción y a incumplir con las exportaciones.

Un cuadro que genera más de una inquietud y supo encontrar una traducción. Mediante un “cuadro de situación” distribuido internamente en la entidad que nuclea a las terminales, todo indica que la situación es pareja para todos. Aunque no todos lo manifiesten abiertamente. Pero, al día de hoy, no habría excepciones a la regla. Algunos estarían mejor plantados que otros, pero en definitiva, nadie “zafa”. El panorama poco alentador se presenta tanto en provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.

“Nadie quiere exponerse pero el faltante de piezas es compartido por todo el sector”, explicaron fuentes de una compañía radicada en el gran Buenos Aires, y rápidamente añadieron que “sí esto se extiende, el panorama va a ser peor”. La situación es compartida, al igual que la necesidad de no quedar expuestos.

Es que por ahora, algunas planta continúan trabajando a media máquina pero dejando en la playa modelos sin terminar. “Es un proceso que se puede mantener, pero no por mucho tiempo porque no se puede tener un gran volumen de unidades sin concluir dado que podría impactar –posteriormente- en la calidad”, coincidieron en otra compañía.

“Tenemos los contenedores en el puerto pero no podemos traer las piezas. A ello se suma que no podemos despachar piezas a otra plantas… con lo cual el panorama se complica no sólo aca sino que dejamos paradas otras instalaciones”, deslizaron voces del mercado.

Los únicos casos que trascendieron fueron los Renault en Córdoba. De acuerdo al diario Ámbito Financiero, la planta la marca del rombo ubicada en la provincia mediterránea decidió frenar la producción y en forma preventiva suspender a los trabajadores, a los que se les pagará el 70% del salario. Asimismo, Toyota podría tomar la misma decisión ya que no tienen confirmada la llegada de camiones con autopartes.

Y la imagen se repite en cada planta. Incluso algunos estarían pensando hasta en adelantar sus vacaciones de invierno para evitar complicaciones mayores.

Dado el panorama, no es lo único que espera el sector, ya que el fantasma energético también comienza a filtrarse en escena. Aunque la gran mayoría de las terminales aplicó un plan B (comprando generadores y teniendo en carpeta cambios de turnos), con la incertidumbre reinante, algunos no descartan que puede “llover sobre mojado”.

Una frase que se puede anclar en la cuestión de la demanda. Es que producto de la incertidumbre reinante los preliminares de ventas ya dejan entrever una caída del 27% en las ventas de unidades cero kilómetro y una contracción en lo que respecta a la toma de créditos para la adquisición un auto nuevo. Un panorama que se vive con mayor preocupación en las plazas del interior del país.

LA TENSA NEGOCIACION EN LA CADENA DE VALOR
En los entretelones del actual estado de situación se gesta nuevamente un problema. O bien reaparece en escena porque siempre fue un “corto circuito latente”. Es que al conflicto por el faltante de piezas, se suma la nueva renegociación por el precio de las piezas. Por ahora, un proceso que está en fase de “no reconocimiento”.
Es que en las últimas negociaciones salariales, el sector autopartista llegó a un acuerdo con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
Dentro de las negociaciones por el reconocimiento de los incrementos de costos, una sola terminal quedaría exenta por tener un programa consistente. Es que la milenaria filosofía oriental llevó a la firma a arribar a buen puerto con sus proveedores. A cambio del reconocimiento del incremento de costos de sus partners, éstos deberán poner en marcha un plan de mejora de productividad. El gesto fue reconocido como “justo”.
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