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SINGULAR PRESENTACION DE LA VARIANTE MAS DEPORTIVA

EL MEGANE III RS DIO CATEDRA EN EL AUTODROMO


Para el evento de presentación del Mégane III RS en la Argentina, Renault eligió el autódromo de Buenos Aires Oscar Alfredo Gálvez, al igual que lo hizo Nissan a principios de mes cuando exhibió el GT-R.

Aparte de algunos caballitos menos, la diferencia es que el Mégane III RS sí se va a vender en la Argentina y por un precio bastante competitivo y una relación precio/potencia muy bueno.

Salvo quien suscribe, (perdón a los amigos de TM) que tiene enyesada una mano, todo el resto del periodismo especializado pudo manejar esta variante radical del mediano francés, que no tiene sólo un aspecto deportivo sino que es un verdadero deportivo.

La jornada comenzó a las diez de la mañana junto con un desayuno antes de la conferencia, donde los directivos de Renault expusieron toda la información del modelo. Terminado ese trámite, la parte teórica (podría decirse), comenzó la práctica.

¡A la pista a probar los autos! Allí nos esperaban varias unidades del RS con sus respectivos pilotos, todos integrantes del equipo de competición Renault Sport, entre los que figuraba el renombrado y querido piloto de TC y TC2000 Guillermo Ortelli.
 
Ellos iban de acompañantes y daban las instrucciones necesarias para ayudar al conductor a agarrar la curva ideal o simplemente evitar un desafortunado incidente.

Y acá se apreció otra de las diferencias que tuvo el show de Renault respecto del reciente evento de su hermano japonés.
 
Es que los de Nissan en esa oportunidad fueron excesivamente precavidos con las medidas de seguridad y nos obligaron a tomar las curvas como quien maneja un familiar en la paya de estacionamiento de un súper. En cambio hoy nos permitieron buscar los límites con una cierta libertad.

Pero lo mejor llegó sobre el final (sobre todo para el autor de esta nota, que no pudo manejar), cuando la organización armó una carrera entre cuatro Mégane III RS conducidos por los pilotos oficiales.

Los periodistas fuimos de acompañantes y así pudimos disfrutar no solamente del vértigo y la adrenalina del manejo deportivo, sino también de las virtudes dinámicas de esta bestia de 250 burros en su máximo esplendor.

El Mégane III RS es un verdadero deportivo de raza, pero sin embargo sigue siendo razonable para su uso en la ciudad, más que otros de menor potencia como el MINI Cooper, sólo por poner un ejemplo.

Esto lo pudimos advertir cada vez que le pegamos al pianito de lleno o cuando dos de la ruedas se iban al pasto en la salida jugada de una curva.

Otra de las cosas que enamoró de este modelo, además de su diseño nervioso y musculoso, es el sonido ronco de su motor, que deja salir los gases por una única salida central en el paragolpes trasero, que por cierto le queda muy pista.

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