El grupo automovilístico General Motors acordó separarse totalmente de su filial alemana Opel y dejó el camino libre a un posible comprador.
"Las fábricas europeas, concesionarios y valores de General Motors serán transferidas a Adam Opel", informó la filial europea de GM (Opel), a través de un comunicado difundido en su central en Rüsselsheim.
El comunicado añadió que mediante "la transmisión de plantas, fábricas, patentes, derechos y tecnología, Opel estará preparada para una solución fiduciaria". En dicha solución, que no afecta a las marcas Vauxhall y Saab, "General Motors y el Gobierno alemán deben estar representados equitativamente", dice la declaración de Opel, difundida después de una reunión extraordinaria del consejo de vigilancia de Opel.
En una primera reacción, el presidente del comité de empresa de la marca alemana, Klaus Franz, destacó que "el inversor que entre en Opel encontrará una empresa libre de deudas". La transmisión a Opel de los derechos de patente, fábricas y tecnología refuerza la tesis de que General Motors presentará en las próximas horas una declaración de insolvencia, es decir, que se adhiera a la ley de quiebras de EE.UU. (Chapter 11); algo así como suspensión de pagos para entenderlo más a la “argentina”.
Este paso se produce además horas antes de que el Gobierno alemán se reúna en Berlín con representantes de las empresas interesadas en la compra de Opel: la italiana Fiat, el consorcio austríaco-canadiense Magna y la belga RHJ, propiedad de la estadounidense Ripplewood. Nombres a los que también se sumó la china Beijing Automotive Industry Corp (BAIC), socia de Daimler.
Con esta solución se lograría ganar tiempo para continuar las negociaciones con estos potenciales inversores y poder preservar los activos europeos de General Motors ante la eventual suspensión de pagos de la casa matriz, cosa que ya sería inminente.