Continuamos con este informe donde te contamos las particularidades que definen los segmentos de la industria automotriz (ver parte I).
Multipropósitos: una categoría que revivió hacia mediados de la década del 90 cuando en Europa Renault presentó el Kangoo. Años antes la marca ya había producido algo similar con los Renault 4 y 6. Después del Kangoo aparecieron el Partner y el Berlingo. Estos son los únicos tres modelos de este segmento, que se caracteriza por la funcionalidad del interior, pudiéndose usar como versiones de pasajeros o como utilitarios pequeños para el trabajo. En el caso de las versiones de carga, son la evolución de lo que conocimos a fines de los ochenta como Fiat Fiorino (primero derivado del 147 y luego del Uno).
Coupé: categoría que existió casi desde siempre en la industria automotriz. Tal vez sea del que menos haya que explicar: autos de dos puertas con el interior reducido. Pueden tener dos o cuatro asientos; o ser del tipo 2+2, esto es, dos lugares adelante para adultos y dos pequeños asientos atrás para chicos o algún pequeño equipaje. El diseño tiene que ser deportivo.
Cabriolet: son las versiones sin techo de un modelo. Mejor dicho, con un techo de lona que puede guardarse en el baúl. Algunas marcas, como Alfa Romeo, deciden llamar a estas versiones con el nombre Spyder. Podemos decir que en el inicio de la historia automotriz todos los modelos eran cabriolet. No fue hasta la década del diez del siglo XX que empezaron a usarse cabinas cerradas.
Coupé-Cabriolet: como ya tiramos la primera piedra contra la gente de MKT por la denominación de los segmentos, acá va un palo para nuestro propio gallinero: vamos a definir este segmento como la mezcla de los dos anteriores (sí sí, nos matamos con la explicación). Son modelos que pueden adoptar las dos formas antes descriptas en virtud del techo rígido que tienen. Con el techo puesto, son coupé y sin el techo (obviamente, son cabriolet). Los ejemplos más difundidos por estos días son los Peugeot 206 CC, 207 CC, 307 CC y el último 308 CC más el Mercedes SLK.
Roadster: otro derivado de los deportivos y los cabriolet. En este caso, vamos al grano: la regla dice que todo roadster debe ser deportivo, convertible y biplaza.
Van: Un concepto muy estadounidense. Sería algo así como el correlato de los monovolúmenes europeos. Podríamos decir que el creador del segmento fue el modelo Caravan de Chrysler, tanto que prácticamente se transformó en un genérico. Igual que los monovolúmenes, se caracterizan por la funcionalidad, el espacio y la cantidad de plazas. Absolutamente todas tienen capacidad, como mínimo, para llevar siete/ocho personas. En cuanto al diseño, están cerca de ser un monovolumen, aunque el espacio del capot está más claramente definido.
SUV: el nombre surge de la abreviatura del término Sport Utility Vehicle (utilitario deportivo). Surgió como una necesidad que detectó el marketing en la demanda de la gente. Cuando los vehículos todo terreno empezaron a ser más populares y buscados, en las fábricas se dieron cuenta que muchos que los compraban lo hacían por cuestiones ajenas a la doble tracción (imagen, status, confort…). Surgió así esta categoría, donde podés encontrar carrocerías compactas o grandes (siempre dos volúmenes), con doble tracción o incluso con tracción simple. Sería algo así como una combinación entre un todo terreno y un automóvil de ciudad. Por lo general se recurre a la tracción inteligente (automática) o directamente a la tracción integral. Sin llegar a ser vehículos todo terreno, pueden tener un buen desempeño fuera del asfalto. El gran ejemplo de este segmento es la Honda CR-V y, detrás, 150 modelos más.
Crossover: otro segmento nuevo, consecuencia del bendito MKT. Está muy cerca del SUV. Tanto que la diferencia es muy fina y puede prestarse a una discusión de café. En esto no hay nada cerrado ni palabras santas. Básicamente podríamos definir a esta categoría como el matrimonio entre el confort y la funcionalidad de los SUV y el lujo de los mejores sedanes. ¿Ejemplos? De los más reciente tenés los Subaru Tribeca y Forester, Mitsubishi Outlander, Nissan Murano…
Off road: Son los modelos más robustos del mercado y la característica es que tienen la capacidad de andar por cualquier lado. En lo que hace a la mecánica, tienen que tener sí o sí doble tracción, caja reductora, buen recorrido de suspensiones, diferencial central y trabas de diferencial. Frente al avance de los SUV y Crossover, cada vez quedan menos de estos modelos. Los más prestigiosos son los de las marcas Land Rover y Jeep, el Land Cruiser de Toyota, el Clase M de Mercedes, el VW Touareg y alguno más. En general, sobre los dedos de las dos manos para contarlos.
Pick up: vehículos de trabajo, aunque la llegada de las versiones full en los últimos años (con muchísimo confort y equipamiento) hizo posible disfrutarlos fuera de ese ámbito. Reconocibles sin dar demasiados detalles, lo más importante es destacar la proliferación de modelos en el segmento de las pick-ups medianas, donde por lo general el gusto del argentino se inclina por la doble cabina. En otras épocas había cabina y media (ya no hay) y quedan muy pocas cabina simple. Hay chicas, medianas y grandes (Ram, F100).
Coupés 4 puertas: No inventamos esto para mostrar que nosotros mismos podemos contradecirnos. Lo hace la industria en este frenesí por crear nuevas categorías.
Dijimos que, por definición, un coupé es un auto de dos puertas. Bueno, eso era hasta hace cuatro o cinco años, cuando Mercedes-Benz lanzó el CLS.
Hasta este año, era el único exponente de este tipo, pero otras marcas vieron un espacio a explotar y lo hicieron: Audi presentó el A5 Sportback, Volkswagen sacó el Passat CC y hasta Porsche presentó su primer auto cuatro puertas (Panamera).
Qué tipo de autos son: en realidad son sedanes grandes de lujo con una caída de la cola muy acentuada y particular, lo que permite decir que tienen el diseño de un coupé.
Como se ve, si para describirlos hacen falta tantas palabras, no está tan mal (en definitiva) haber inventado una nueva categoría…