Primera Mirada Autos

PROBAMOS EL LATITUDE 3.5 PRIVILEGE

CON EL LATITUDE, RENAULT REGRESA A LAS GRANDES LIGAS


Ya te contamos todos los detalles del lanzamiento del Renault Latitude en un importante evento que la marca realizó en Punta del Este tanto para el periodismo como para los concesionarios. Hoy llegó el turno de manejarlo por las calles rutas aledañas a la ciudad balnearia uruguaya y aquí te contamos nuestras primeras impresiones.

Dado que ya es medio costumbre, comenzaremos hablando del diseño del Latitude, aunque claro está que para ello no hubiéramos necesitado manejarlo. Pese a que durante la presentación del modelo la marca mencionó a este rubro como una de las virtudes, en Tiempomotor consideramos que no es nada rupturista sino que se alinea perfectamente con lo propuesto por la mayoría de sus rivales japoneses.

La sobriedad y el perfil bajo dominan sus líneas. Todo es correcto pero nada llama particularmente la atención. Aunque no nos guste, se trata de un modelo global que debe satisfacer los gustos de usuarios muy variados en todo el mundo.

HABITABILIDAD

La habitabilidad es uno de los aspectos más destacados del Latitude, aunque era algo esperable viniendo de un auto de 4,90 m de largo. Además, su distancia entre ejes de 2,76 m  también ayuda a que la distancia entre el asiento trasero y los respaldos sea amplia. De modo que difícilmente vayas rozando las rodillas pese que maneje alguien alto, sin embargo las primeras limitaciones las encontramos tanto en la altura del techo como a lo ancho.

Los que midan más de 1,90 metros no podrán ir muy erguidos, y esto se debe en parte a la presencia del techo solar en las plazas traseras donde baja el “cielo razo”, si se permite la expresión. Para tres personas no sobra el espacio, pero la ventaja en ese caso es que el asiento trasero es bastante plano y por ende no es incómodo para el ocupante del medio.

La capacidad del baúl no está en relación con su tamaño. Tiene 477 dm3, un poco menos que muchos modelos de segmentos inferiores. Sin embargo no deja de ser grande. Es más criticable el hecho de que use las típicas bisagras de brazo largo que sirven a la vez de contrapeso, y de esta forma se evitan usar amortiguadores, que sería lo más acertado a nuestra humilde opinión. Pero aunque sea en este caso las escondieron dentro de una suerte de carenado que por lo menos evita que cuando bajás la tapa las bisagras rompan el equipaje. Extrañamente sí usa amortiguadores para la apertura del capot. Este detalle realmente muy poco común evita tener que hacer fuerza para manipularlo no tener que sostenerlo con la molesta barilla.

La calidad de vida a bordo es muy buena, no sólo por la sensación de amplitud sino también por la luminosidad que aporta el doble techo solar. Si bien de afuera es una sola placa de vidrio, del lado de adentro son dos aberturas distintas, por lo que no llega a ser “techo panorámico” en rigor de verdad, pero tiene la ventaja que los ocupantes traseros tienen la posibilidad de cerrar su propia cortina, independiente de la de adelante.

Otro de los aspectos que hacen a la calidad de vida a bordo son las terminaciones y los materiales utilizados. Si las del Fluence nos parecieron buenas (y nos golpeamos el pecho celeste y blanco), las del Latitude mejoran esa marca.

Su procedencia coreana es una garantía en este aspecto aunque quizás no llegue al de algunos japoneses. Todo el entorno, sobre todo la plancha y las contrapuertas, tienen el mismo ADN que el del Fluence, de hecho podríamos jurar que tanto la consola del estéreo como la del climatizador bizona son las mismas. También son muy parecidas las agarraderas en material símil metal, y el Latitude cuenta con unos apliques de plástico símil madera que aportan nivel sin mal gusto.

EQUIPAMIENTO
Por otro lado está el equipamiento. Si bien la lista de ítems no ostensible mayor que la del promedio del segmento, tiene algunos elementos diferenciadores que, sumado al precio muy competitivo al que llega a nuestro mercado hacen que el equipamiento sea sin dudas uno de sus fuertes. Este es el caso del navegador satelital incorporado que la competencia no tiene. Es el mismo que el del Fluence, pero mejora en el hecho de que se maneja a través de un práctico comando ubicado en la consola entre asientos, muy a mano y de instrucciones intuitivas.

También se destaca por las luces de bixenón direccionales, por el detector de presión de neumático y por el sensor de estacionamiento delantero, pero aclaremos que estos cuatro elementos sólo están presentes en el tope de gama, denominado Privilege, que es el que pudimos manejar en Punta. El Dinamique parte de doble techo solar, Bluetooth, ESP, 6 airbagas, ganchos Isofix, tapizados de cuero, sistema de tarjeta manos libres total (como el del Fluence) y una larga lista más.

Dado que la marca no tiene presencia en Estados Unidos, este modelo no se vende en ese poderoso mercado, pero bien podría. No sólo su diseño se adaptaría perfectamente a un público que priva las grandes dimensiones por encima de un estilo más personal, sino también las suspensiones. Se trata de una configuración claramente orientada al confort de marcha, con suaves balanceos y unas suspensiones tirando a blandas que se adaptan a cualquier superficie. También aporta su cuota de confort la generosa distancia entre ejes que siempre incide en un andar más estable.

EL CORAZON DEL LATITUDE
El conjunto de motor y caja es de lo mejor que tiene el modelo. Debajo del capot descansa un moderno V6 de 3,5 litros de cilindrada y 240 CV. Es el mismo que equipa al Nissan Teana, y se trata de un impulsor elástico, silencioso y equilibrado. Por su parte la caja es automática de seis marchas. Se trata de una transmisión muy moderna, con una gestión rápida y eficiente, que no presenta tironeos, es predecible y obediente. Además tiene la opción de manejo secuencial. A diferencia de otras cajas, ésta permite un manejo bastante “manual”. ¿Qué significa esto? Que te permite hacer rebajes exigidos y tirar cambios hasta el corte. Y el pase de cambios es muy rápido. ¡Una pinturita!

Si bien no tuvimos mucha oportunidad de exigirlo para conocer el límite de su tenida, se mostró como un vehículo estable. La dirección eléctrica es otra de sus virtudes, con un correcto grado de asistencia en función de la velocidad, lo que trasmite seguridad en la ruta. Y en maniobras de estacionamiento resultó tirando a durita, una característica que no por contradecirse con el perfil de confort del modelo deja de ser positiva.

Por 46.500 dólares, que equivalen a 186.000 aproximadamente, el Renault Latitude Privilege 3.5 ofrece mejor equipamiento que sus rivales con motor V6 de potencias similares. Esto lo posiciona de una manera agresiva en cuanto a relación precio producto, aunque en este aspecto eso se da mucho más notoriamente en la versión inicial, que se ofrece con una larga lista de elementos a un precio de 36.500, aunque para esto debió recurrir a un motor de escasa potencia que para una carrocería del porte del Latitude podría tener gusto a poco. De todas formas creemos que es una gran opción para quien busca un auto confortable y que denote el estatus de pertenecer al tope de gama de una marca como Renault.

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