La firma francesa Citroën, perteneciente al grupo PSA Peugeot-Citroën, desarrolló un prototipo denominado Lacoste, con el que pretende combinar elementos de los mundos del automóvil, la moda y el deporte.
Externamente, el Citroën Lacoste se encuadra en el segmento de los compactos, pero rompe tradiciones gracias a una línea de cintura alta, aletas abultadas y con textura, voladizos mínimos, ruedas de gran tamaño y llantas que recuerdan a una pelota de golf.
Llaman también la atención los amplios recortes en las puertas delanteras la ausencia de un techo rígido 
y la posibilidad de bajar el parabrisas hasta su total desaparición, por lo que los pasajeros se encuentran en contacto directo con los elementos.
Además de ser descapotable, para vivir la vida con frescura y desenfado, este coche revela unos volúmenes contenidos, musculosos y tranquilizadores. Con una longitud de 3,45 m, una ancho de 1,80 m y una altura de 1,52 m, el concept es compacto y robusto. Su distancia entre ejes es de 2,30 m
Como fuerza motriz figura un motor naftero de tres cilindros, pero con las características técnicas adecuadas para mover a un vehículo de sus dimensiones y peso. En este sentido, el doble Chevron entiende que “no hay ninguna necesidad de una gran cilindrada que 
incite a alcanzar velocidades prohibidas para vivir sensaciones fuertes”.
La carrocería se realza por el color blanco nacarado y los ribetes que subrayan los volúmenes del vehículo. Para acceder a los asientos traseros basta con saltar a bordo y, si se necesita espacio suplementario, el asiento se esconde en el portaequipajes.
En el cruce entre el mundo del automóvil, la moda y el deporte, el Concept Citroën Lacoste se ha diseñado como un bolso de mano y el habitáculo incluye numerosos compartimentos guardaobjetos, que se cierran con un cierre de color verde, el mismo tono que remata los asientos, además de estar recubiertos de un piqué de algodón blanco, cuya trama evoca la de las chombas (polos), icono de la marca del cocodrilo.