Finalmente Chrysler logró recibir su primer préstamo y la ayuda no podría haber venido en un mejor momento. La problemática automotriz de Detroit había visto cómo se disminuían sus reservas de efectivo a u$s2.500 millones, la mínima capacidad de fondos necesarios disponible para continuar operando.
Es por eso que hace unos días en su sitio oficial, Chrysler viene exponiendo un llamativo cartel de agradecimiento “a EE.UU.” por la ayuda brindada. El comunicado, firmado por el CEO de la compañía, Bob Nardelli, arroja que Chrysler “se compromete a entregar productos con la mejor calidad y valor en la historia de (la) compañía; mejorar la economía de combustible y apoyar a la seguridad energética de los Estados Unidos y la sustentabilidad ambiental”.
El préstamo, proviene del Tesoro de los EE.UU., en un plan de crédito con baja tasa de interés. Como parte del paquete de ayuda financiera, Chrysler obtendrá otros u$s5.000 millones en las próximas semanas, y un adicional posible de u$s4.000 millones para el 17 de febrero. Este plus depende de la aprobación del Congreso norteamericano, el cual decidirá si usar parte de los u$s700.000 millones al rescate de las automotrices de Detroit.
Sin embargo, las condiciones impuestas por el Gobierno de los EE.UU. para con Chrysler y GM no se quedarán atrás. El Gobierno será dueño de una considerable parte de cada compañía, y demanda que cada automotriz obtenga concesiones significantes para el gremio de United Auto Workers, que representa a la mayoría de empleados del sector.
Las automotrices tienen tiempo hasta el 31 de marzo para probar su viabilidad a largo plazo, por el contrario el gobierno tendrá el poder para anular los préstamos y forzar a GM y Chrysler a entrar en bancarrota.