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CENTRO DE PRUEBAS CRUZ ALTA DE GM

CHEVROLET Y UN DISNEY PARA LOS TESTER

Cruz Alta, en la localidad de Indaiatuba, dentro del estado de San Pablo, Brasil, es la fortaleza que General Motors tiene en Sudamérica. Es el centro de ingeniería que tiene la empresa para el desarrollo de productos para esta región del continente, específicamente el desarrollo de pick-ups medianas y autos chicos para mercados emergentes. Pero Cruz Alta funciona también como un campo de pruebas. Pero no es cualquier campo…. Es “El” campo de pruebas. Sí, así, con mayúscula.

Hasta este centro de desarrollo viajó el grupo de periodistas invitado por la empresa para la cobertura del salón del automóvil de San Pablo. Por tratarse de un centro de desarrollo de productos, la seguridad en el ingreso de la planta está en alerta máxima todo el tiempo y el ingreso con cámaras fotográficas, de video y teléfonos celulares fue una misión imposible.

Una vez dentro de Cruz Alta llegamos a ver desde lejos algunos autos camuflados con formato hatchback que no llegamos a distinguir. También vimos escondidas un par de pick-ups medianas, que seguramente eran las S-10 renovadas. Pero querido lector, usted sabrá entender los motivos que no nos permitieron poner más que en palabras lo que vimos…

Más allá de este juego de las escondidas al que fuimos sometidos, pudimos disfrutar del manejo. Si bien este grupo de periodistas estaba entusiasmado con la posibilidad de poder sentarse al volante del flamante Camaro que empezó a venderse en Brasil y que es la estrella del stand de la marca en el salón de San Pablo, tuvimos que conformarnos con modelos mucho más terrenales: dos unidades del Celta, del Classic, del Vectra, del Vectra GT, del Montana, más una Captiva y un Malibú, el tope de la gama Chevrolet en Brasil.

Más allá de haber podido dar una vuelta a un circuito de 4,6 kilómetros con cada auto, lo que más pudimos disfrutar es de la pista. Un circuito que reproduce distintos tipos de asfaltos, muy buenos, buenos, regulares, malos y pésimos, con curvas, contracurvas y toboganes.

Un de las tantas pistas que tiene este centro de desarrollo que ya tiene 36 años al servicio de GM, donde se transitan 6 millones de kilómetros al año en el total de 42,2 kilómetros que hay de pistas. Aquí, la más preciada es un círculo perfecto de 1,4 kilómetro de diámetro, donde en su interior entra el equivalente a 9 estadios Maracaná completos y donde gracias al peralte de su trazado, a 220 km/h se transforma en una recta infinita.

Lamentablemente, el hecho de haber visitado Cruz Alta un día domingo no nos permitió hacer la prueba de poner un auto en la pista circular y soltar el volante a 220 km/h para convertirla en una recta infinita.

Cruz alta es algo así como un Disney para los testers de autos…

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