La junta directiva de Chery, incluyendo al presidente Yin Tongyu, y los representantes brasileños encabezados por Luis Curi, pusieron la primera piedra fundamental hoy en un multitudinario acto en Brasil, y es la base de lo que será la segunda planta de la firma china en la región.
La firma que irrumpió en este lado del mundo en Uruguay decidió instalar la segunda planta en Brasil impulsada por el voluemn de mercado y los incentivos que recibió como es el caso de la tierra para el proyecto, y la eximición de impuestos a la propiedad durante casi dos décadas. Como contrapartida, Tongyu señaló -de acuerdo a nuestros parceiros de AutoData de Brasil- que la compañía generará 1.500 empleos directos en la primera fase de la operación para 2013, cuando Chery alcance una producción de 50.000 unidades, con un 30% de integración ancional.
El plan contempla llegar a los 3.000 empleos en la segunda etapa cuando se llegue a las 150.000 unidades producidas de cuatro modelos, con un 50% de las piezas obtenidas a nivel local. Una de las dos plataformas que producirá será la A13, también conocida como Fulwin 2, que seguramente cambiará el nombre cuando salga al mercado.
Para este nuevo paso regional, Chery está desembolsando u$s400 millones y es la mayor contribución de la automotriz china fuera de su mercado de origen, con dinero propio y parte financiado por el Banco de China.
La compañía también se compromete a instalar un centro tecnologico – para demostrar que "nuestros coches se adaptan a los gustos de Brasil", según Tongyu – además de utilizar la planta como una base de exportación para América del Sur. Las prioridades están en despachar para Chile, Colombia y Venezuela, dejando a Argentina y Uruguay con los modelos que salen de Uruguay como el Tiggo y los que se montan en kits CKD importados de China.
Las obras de la planta comenzarán a principios del próximo año en Jacareí.