El Volkswagen Passat exclusivo para los mercados de Norteamérica cuenta con nuevos argumentos tanto estéticos como de equipamiento, con los que fue presentado en medio del escándalo que vincula a la marca alemana con la manipulación de emisiones de sus motores diésel en Estados Unidos.
Fabricado en la planta estadounidense de Chattanooga, este Passat está disponible sólo con carrocería sedán y presenta un rediseño con el que ha mantenido la silueta y el estilo general, pero con algunos cambios que le permiten lucir más moderno.
En el frontal se destaca la parrilla y las ópticas con tecnología LED, ambas con diseños diferentes y en sociedad con un paragolpes que también ha sido renovado. También hay nuevas llantas de aleación y cambios en ópticas, tapa de baúl y paragolpes traseros.
La nueva gama incorporó la versión R-Line, la propuesta deportiva de la gama equipada con paragolpes especiales, llantas de aleación de 19 pulgadas y salida de escape cromada, entre otros detalles propios.
En el habitáculo sumó nuevos materiales y terminaciones, un volante diferente y la segunda generación del equipo multimedia (MIB II), que ofrece las plataformas Apple CarPlay, Android Auto y MirrorLink para compartir funciones con los teléfonos inteligentes.
La marca alemana lo presentó con dos motores nafteros, el 1.8 TSI con inyección directa y sobrealimentación por turbocompresor, y el VR6 con 3,6 litros y una potencia de 280 caballos. El diésel es el 2.0 TDI con cuatro cilindros.
Dependiendo del nivel de equipamiento, el nuevo Passat puede contar con control de crucero adaptativo, advertencia de colisión frontal, sistema de frenado autónomo, monitoreo de punto ciego con alerta de tránsito posterior, frenado post colisión y advertencia y asistencia de salida de carril, entre otros.
Este no es el Passat que Volkswagen comercializa en Argentina, donde llega el modelo producido en Europa.
