Si bien las negociaciones de Brasil con México sobre el Acuerdo Automotor bilateral (ACE 55), están lejos de un desenlace ya que se encontrarían en stand by –según comunican desde el país azteca-, la postura de Brasil parece estar un poco más definida.
El Gobierno de Dilma ya se habría plantado en la postura de limitar el valor de sus exportaciones de autos de México a Brasil en un cupo de cerca de u$s1.400 millones para los próximos tres años.
Desde Brasilia se argumentaría que esta cuota se establece por el valor medio anual de las exportaciones que se han dado de Mexico hacia Brasil en los últimos tres años. La agencia Reuters tuvo acceso a una carta con fecha 8 de marzo destinada a la canciller mexicana Patricia Espinosa y al ministro de Economía Bruno Ferrari.
La misiva brasileña indicaría que se habría llegado a un entendiemiento para definir los términos de revisión del acuerdo. Por su parte, el Gobierno de México no estaba disponible para comentar el asunto.
Según datos oficiales brasileños, las importaciones de vehículos desde México aumentaron el año pasado un 40%, la misma proporción en que cayeron las exportaciones brasileñas hacia ese país, lo cual generó un déficit para el mayor socio de la región de casi u$s1.700 M en ese sector.
En febrero, Brasil pidió "revisar" el Acuerdo de Complementación Económica, en vigor desde 2003, que regula el comercio de vehículos entre ambos países. Además de esa propuesta, el gobierno de Rousseff también planteó ampliar ese acuerdo, hasta ahora restringido a autos de pasajeros, a camiones y vehículos pesados.
Asimismo, Brasil consideró que debería ser revisada la tasa de 30% de contenido nacional exigida para el comercio de vehículos, bajo la presunción de que los que llegan desde México tienen piezas de otros países que exceden ese porcentaje.
Este tema tuvo su impacto aquí en Argentina. Hace un tiempo atrás –por desentendimientos con Mx- se dejó a Nissan fuera del beneficio del acuerdo con el mercado azteca por un tiempo y tuvo que hacer frente al 35% de arancel extrazona en el caso del Sentra y Tiida. La situación luego de los estudios pertinentes se revirtió.
México, por su parte, admite que ha tenido un superávit importante en la balanza sectorial durante el último año, pero al mismo tiempo sostiene que desde la entrada en vigor del acuerdo, en 2003, acumula un déficit cercano a los u$s 10.000 millones.