Prueba Audi A1 | Evolución significativa

Soplan nuevos aires para el A1. Esta nueva generación representa un salto cualitativo y de tamaño para uno de los modelos más importantes para Audi a nivel local y también a nivel regional, teniendo en cuenta que es la puerta de entrada al mundo de los cuatro anillos.

Recientemente llegado a nuestro país, en TiempoMotor manejamos la versión Sportback 35 TFSI que, como indica su nombre -y las fotos- se ofrece en carrocería cinco puertas.

Estética

Aunque es algo muy subjetivo, creemos que el resultado de la evolución es muy bueno. El equipo de diseño de la marca de los anillos (firmado por el argentino Juan Manuel Diaz), que le imprimió continuidad a un modelo que de todos modos no habían notado mucho el paso de los años. Sus líneas se emparejan con lo que viene ofreciendo la marca a nivel global pero manteniendo la frescura que caracteriza al benjamín de la marca.

En la ficha técnica es 6 cm más largo, unos 3 cm. más ancho de trochas y 9 cm más largo entre ejes: de 2,47 a 2,56 mts.

El 35 recibe esa nueva denominación en base a su potencia: por eso vas a ver que los nuevos Audi se mueven en rangos que arrancan en 30 (hasta 130 CV) y van subiendo paulatinamente dependiendo del caballaje, por eso este A1 se sitúa en 35 (150 CV) mientras que el motor más chico recibe el 30.

Justamente la gama en Argentina está compuesta por dos variantes. Nosotros manejamos el tope de gama que cuenta con una buena dotación que incluye luces delanteras y traseras de LED, equipo multimedia con Android Auto y Apple Car Play, carga inductiva para celulares y sensores de estacionamiento y cámara trasera, mientras que en el apartado de seguridad dispone de controles de tracción y estabilidad y seis airbags. Por tratarse de un vehículo premium llama la atención la falta de ADAS.

Habitabilidad

Pese a que incrementó su distancia entre ejes, la habitabilidad nunca fue el fuerte del A1. De todos modos, las plazas traseras pueden recibir a adultos de estatura promedio siempre y cuando el conductor y acompañante acomoden sus butacas para darle lugar a las piernas. Además, acompaña un buen baúl de 335 litros para poder acomodar las cosas de los ocupantes.

Adentro, en cuanto a su arquitectura, este A1 -de origen español- tiene una configuración “muy Audi”, con un diseño correcto y una ligera inclinación hacia el conductor que vuelve todo más ergonómico.

Por el lado de la calidad, correcta, aunque hay ciertos sectores como la contrapuerta, que merecerían un poco más de atención. Nos gustó el detalle del entramado en la zona de la plancha y también el selector, de buen diseño.

Las butacas delanteras tienen una impecable sujeción lateral de asiento y el respaldo cuenta con regulación en altura, aunque de mecanismo manual. El volante también regula en profundidad con lo cual la posición de manejo podrá ser ajustada a discreción.

El tablero también es toda una novedad, aunque ya lo hemos visto en otros modelos del Grupo. Es digital y entrega muchísima información y varias opciones de visualización. De las mejores evoluciones estos últimos tiempos en toda la industria.

Motorización

Bajo el capot el A1 tiene un 1.5 de 150 CV, que es una evolución del 1.4 que hemos manejado en el Volkswagen Golf 1.4, por ejemplo, y que entrega su potencia entre 5.000 y 6.000 rpm y un torque de 27 kgm, aunque al contrario tiene su mejor cara entre 1.500 y 3.500 RPM.

Eso se traduce en una buena elasticidad a baja velocidad, por ejemplo, doblando en una curva sin necesidad de bajar una marcha.

A eso se le suma el sistema de desconexión de dos cilindros para mejorar los consumos. En ciudad baja notablemente en parte por esta desconexión y logra promedios de 9 litros cada cien. En ruta naturalmente ese número se reduce notablemente, con una media de 5,5 circulado a 100 km/h y casi 7 si se circula a 130. Algo que impacta directamente la autonomía es su tanque de 40 litros, notablemente pequeño.

A la hora de la performance, la relación peso/potencia (7,7) juegan un rol importante. En modo Sport se toma 8,2 segundos en alcanzar los 100 km/h y el kilómetro en 28,9. Las recuperaciones, mérito también de la caja doble embrague de siete relaciones, es de menos de 5 segundos, una cifra interesante.

Comportamiento dinámico

Por el lado de las suspensiones están orientadas a ser más firmes, lo que garantiza un mejor comportamiento dinámico. Los neumáticos 215/45 sobre llantas de 17 pulgadas van en detrimento del confort de marcha en ciudad, pero encuentra su mejor cara a velocidades constantes.

En la urbe, y como con casi cualquier importado, hay que tener cuidado con los voladizos sobre todo en bocacalles y cunetas pronunciadas donde puede llegar a “tocar”. De todos modos, teniendo un ligero cuidado en esas maniobras, el A1 saldrá indemne de casi cualquier situación.

El aumento de sus medidas, especialmente de la trocha y la distancia entre ejes le garantizan un comportamiento más franco cuando está lanzado, lo que le permite encarar curvas de mediana intensidad, sin perder la línea o poner en riesgo la trayectoria y, en ese caso, los controles activos de seguridad estarán velando justamente por ella. Y ya que estamos en el ámbito, a altas velocidades el habitáculo del A1 está completamente aislado. Es para destacar la muy buena insonorización del auto.

Por último, el frenado. El A1 rompió todos los registros con apenas 37,5 metros necesarios para frenar de 100 a 0 km/h, con un pedal firme y un ABS que no mostró dudas cuando fue exigido.

Precios y rivales

El segmento de hatch chicos premium está prácticamente despoblado. Ni Mercedes-Benz ni BMW ofrecen rivales directos aunque, “escondido” bajo Mini, la marca alemana tiene el Cooper Pepper como competidor más directo. Tiene una potencia de 136 CV y toda la historia de la marca británica en sus espaldas.

El Audi, entre otras cosas por ser novedad, tiene un mayor valor de compra, aunque el Mini busca al cliente más pasional.

La decisión, como siempre, es del cliente. El A1 por ser nóvel, tener un equipamiento correcto y sobre todo un motor más potente, tiene argumentos válidos para ser el primer paso dentro de la marca de los cuatro anillos.