A la producción de las diez unidades del Centodieci, Bugatti la define como “la perfección”. Para alcanzar los altos niveles exigidos por la marca, el modelo super exclusivo pasó por varias horas de testeo de cada componente.
Claro que antes de esos chequeos, la marca francesa jura y perjura que los diez Centodieci fueron fabricados con precisión milimétrica en el Atelier de Molsheim. Una vez listo, pasa por las manos (y pies) de Steve Jenny, uno de los pilotos de pruebas más experimentados.
Steve, conocido por su detallismo, analiza y busca cualquier tipo de inconveniente o desacople en los autos. Manejó más de 350.000 kilómetros a bordo de los Veyron, Chiron, Divo y hasta de La Voiture Noire.
Cada uno de estos, independientemente de si es “de serie” o si es un “few-off” como el Centodieci, pasa por los mismos procedimientos para asegurar el criterio exacto que exige el fabricante antes de que el cliente busque el auto.
Pese a que comparte el mismo conjunto propulsor con el Chiron Super Sport, un W16 de 8 litros que desarrolla 1.600 CV, los ingenieros trabajaron extensivamente para alcanzar un comportamiento dinámico único que “aúna confort incomparable y performance sin competencia”.
Antes de arrancar la gira de prueba, el equipo del atelier protege los asientos y la carrocería, con pintura EB110 Agent, para no ensuciarlo ni dañarlo y ahí si está listo para salir a ser examinado al milímetro.
Por lo general, el circuito comprende una serie de caminos por la campiña que rodea la base de Molsheim, donde se encuentra Bugatti. Son alrededor de 300 kilómetros sobre diferentes caminos y superficies.
Los trazados solo varían de acuerdo a la estación del año y no importa cómo esté el clima, la idea es que el auto se maneje en situaciones normales que involucran, paradójicamente, condiciones meteorológicas aleatorias.
¿Qué caminos?
De montaña, la famosa ruta Vins d’Alsace que, como dice su nombre está rodeada de bodegas, la autopista Autoroute y atraviesa las icónicas villas alsacianas para replicar, según Bugatti, todas las condiciones que un cliente Bugatti puede encontrarse.
Durante la prueba, además de cualquier sensación visible y audible, Steve puede determinar si la cantidad de sonido del rodamiento es excesivo y si la cabina está bien insonorizada en consecuencia. Además, puede calificar si la flexibilidad del cuero y la fibra de carbono ante la humedad es la correcta.
Luego de una aceleración en una pista cerrada del aeropuerto de la ciudad, se cambia el filtro de la caja de cambios, se pone el juego de neumáticos correspondiente y se hace un último chequeo de 50 km antes de entregarle el auto a quien pagó en 2019 más de 8 millones de euros por una unidad del Centodieci.
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