Tras la actualización del Golf mexicano (el que llega al mercado argentino), Volkswagen concretó la renovación de la séptima generación del modelo, en este caso producido en la planta brasileña de São José dos Pinhais.
El hatchback del segmento C le dio la bienvenida a cambios en la estética, el equipamiento y la mecánica. En el primero de los rubros, ahora cuenta con una imagen frontal alineada al producto norteamericano.
Lo mismo sucede en la parte trasera, donde cuenta con ópticas con luces de LED y paragolpes con aplique cromado, mientras que en los laterales las novedades están a cargo de las llantas de aleación.
Otras de las incorporaciones están en el habitáculo, que recibió un nuevo sistema multimedia con pantalla “acristalada” de 8 pulgadas, disponible para las versiones Comfortline y Highline. Por su parte, el GTI sumó el tablero digital Active Info Display con pantalla de 12,3”.
En cuanto a la mecánica, el Golf brasileño ahora combina el motor 1.0 TSI con tres cilindros, turbocompresor y hasta 128 CV, con la caja automática con convertidor de par y seis velocidades. La gama además posee el motor 1.4 TSI con 150 CV con la caja automática y el GTI 2.0 TSI con 230 CV y caja automática DSG. También posee la versión Variant (importada de México).
En Argentina, el Volkswagen Golf mexicano está disponible con las versiones Trendline 1.6 (110 CV), Comfortline TSI (150 CV) y Highline (150 CV), todas con las carrocerías hatchback y Variant, además de la variante deportiva GTI con 230 CV.