Justo después del estreno de Rápido y Furioso 7, la última producción de la saga en la que los autos tuneados son los protagonistas, surgió en Estados Unidos la subasta de uno de los vehículos más representativos de la primera parte de la historia.
Se trata de una cupé Toyota Supra del año 1993 equipada con un motor 3.0 de seis cilindros en línea y 220 caballos, el cual incrementa su potencia con tubos de óxido nitroso, al mejor estilo “The Fast and The Furious”. La transmisión es una manual de cinco velocidades.
Esta unidad también se destaca por su estética, ya que cuenta con un color naranja para la carrocería, la cual además posee paragolpes y zócalos de tuning, llantas especiales y un gran alerón en la parte trasera.
Otras de sus características son las suspensiones especiales, la jaula antivuelco, los asientos de competición, los neumáticos Yokohama y los “gráficos salvajes” que se hacen presentes en la carrocería.
Dicho vehículo, construido especialmente para Rápido y Furioso, fue conducido por el fallecido actor Paul Walker, quien en la ficción interpretaba al policía encubierto Brian O’Connor.
La encargada de la venta es la casa de subastas “Mecum Auctions”, donde se ha fijado un precio de entre 150.000 y 200.000 dólares. Seguramente habrá más de un fanático dispuesto a pagarlo.
Fuente/imágenes: Mecum Auctions.