Por el posicionamiento de Brasil en la región (y su fuerte influencia en el mercado argentino), el desarrollo del Salón Internacional del Automóvil en ese país siempre acapara todas las miradas. Este evento, el más importante de Latinoamérica y que se realiza cada dos años, se ha transformado en la vidriera elegida por las terminales que operan estas latitudes para exhibir sus próximas apuestas y dar indicios de lo que se viene de la mano de los Concepts (en muchas 100% desarrollados en los centros de diseño instalados en el país vecino).
Así, por historia y peso, cubrir cada autoshow brasileño genera grandes expectativas para ver un poco lo que hay y lo que se viene para el mercado automotor. Pero a decir verdad, esta 26 edición –que se promocionó como la más importante por cumplir 50 años- nos dejó con ganas de más.
No hay dudas que este autoshow seduce por tamaño, despliegue y presencia de marcas. Pero a la hora de las novedades –sobre todo para Argentina- no se develó ningún misterio (quizá la inmediatez de la información lleva a que ya prácticamente nada se mantenga en secreto a esta altura. Puede ser…) y lo más destacado fue la presentación –antes que en la Argentina- del Renault Fluence, Peugeot 408 en versión show car y la Volkswagen Amarok cabina simple.
En cada stand se pudo ver alguna carta que llegará a nuestro país (muchos ya arribaron hace un tiempito). Así, entre la veintena de novedades para la Argentina –además de los mencionados en el párrafo anterior y que ya habíamos anticipado- se destacan el Ford Fiesta méxicano; versiones del Fiat Uno, el Bravo; el Mitsubishi ASX; la Chevrolet Montana; los VW Vento, Vento Varian, Passat, Touareg; y Touareg Hibrida; Range Rover Evoque; el Smart Brabus; el Nissan March; el Porsche Cayenne Hybrid; el Citroën Aircross; el X3 de BMW y el Countryman de MINI; el Volvo S60; los Kia Sportage y Cerato hatchback; el Jeep Grand Cherokee y la Ram 2500; el Audi A1, el RS5; y el Chery Cielo.
Por el lado de Honda, Subaru y Toyota… todo conocido (salvo los Concepts) tanto para Brasil como para Argentina.
Vamos por los capítulos aparte en este autoshow. Sin dudas el primero lo acapara la gran presencia de las marcas de superdeportivos: Ferrari, Maserati, Pagani, Lamborghini, Bugatti, Bentley; Spyker; Koenigsegg y Aston Martin. Sin dudas, un cocktail explosivo para los amantes de los exponentes más radicales de esta industria.
El otro capitulo se reserva para la -cada vez más importante- presencia de automotrices orientales. Este año dijeron presentes: Effa Motors; Lifan; Chana; Haima; JAC; Brillance Jinbei y Mahindra no sólo con una veintena de productos sino también con serias intenciones de incrementar su presencia o desembarcar en el país vecino (puerta de entrada -posiblemente- a otros mercados) .
Tomando cierta licencia y analizando este apartado desde un costado netamente personal: una vez más, una apuesta importante para una terminal argentina se devela en forma anticipada en el país vecino; en cada discurso se omitió el origen del producto y hasta la presencia de autoridades de nuestro país quedaron en segundo plano. Está bien. Muchos dirán que el autoshow es de Brasil y hay que verlo desde su perspectiva. Perfecto, se entiende. Pero también hay que aceptar otras visiones.