El posicionamiento que ha registrado México en el mapa de la industria automotriz en los últimos años encendió una luz amarilla tanto en Brasil como Argentina. De mercado de demanda (importación) pasó a ser un mercado de oferta (exportación) de la mano de importantes inversiones, cotos y lanzamientos de nuevos modelos gran aceptación en la región.
Al revisar la participación de productos mexicanos en los últimos años y en pos de “proteger” la industria local, Brasil fue el primer en elevar la voz de protesta. Mientras continúan las reuniones entre los funcionarios de ambos países, Argentina se sentará también a negociar el acuerdo comercial con el mercado azteca.
La primera ronda estaba prevista para ayer pero se canceló hasta nuevo aviso.
El objetivo del Gobierno K es plantear la necesidad de Argentina de discutir la política automotriz dada la variación que ha registrado el saldo comercial bilateral del sector.
Ello supone analizar el Acuerdo de Complementación Económica ACE55, firmado en 2002/03, que establece las pautas del comercio automotor entre México y los cuatro países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Argentina buscará revertir la tendencia a través de un mayor acceso de vehículos de producción local al mercado mexicano y a una mayor integración de piezas nacionales en la industria automotriz mexicana. Cómo?, de acuerdo a las fuentes consultadas por TM, el plan está en plantear (como el caso de Brasil) una suerte de Cupos para continuar operando.
De acuerdo a fuentes oficiales en 2010 Argentina tuvo un déficit con México de u$s380 y en 2011 esa cifra llegó a u$s995 millones.
En días más se fijará la agenda. Por su parte, Brasil no ha llegado a un acuerdo y su planteo además de cupo, se extiende a sumar camiones y piezas a este esquema (hasta ahora al margen).