Agrale lanzó su primer bus urbano propulsado a Gas Natural Comprimido (GNC) que en breve circulará por las calles de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“En la presentación se le colocó en su parabrisas la calcomanía del Enargas con vencimiento 2020 ( Ente nacional del Gas), que lo certifica como el primer colectivo alimentado a Gas con autorización para circular en Argentina”.
Acerca del Bus a GNC
Agrale desarrolló el modelo bajo la configuración MT 17.0 LE (17 TN PBT), con 12 metros de largo, motor trasero y entrada “Low Entry”. El carrocero es la empresa Todo Bus.
El colectivo esta equipado con el motor Euro VI Cursor 8 de FPT, de 7.8 litros de 272 CV y 1.100 NM de origen Nacional.
Para la propulsión cuenta con un rack de cuatro cilindros de plástico de alta resistencia de GNC ubicados en el techo del colectivo -le aportan un peso de 370 Kg-, provistos por Tomasetto Achille.
Los cilindros tiene una capacidad de carga 856 L, que le suman otros 140 Kg. con lo cual el peso total asciende a los 510 kg. El tiempo de recarga varía entre los 25 y 12 minutos (con un pico especial).
El nuevo Bus Agrale a GNC quedó habilitado a circular, y será operado por la línea 50 en su recorrido que une la Terminal de Omnibus de Retiro – Avenida Eva Perón Y Avenida General Paz . La reposición de combustible la realizará en puestos ubicados en la terminal de la línea.
Nuestros apuntes
Este proyecto surge por una iniciativa del gobierno Porteño y el ministerio de transporte de la nación, junto a Agrale y Scania, como las marcas participantes con sus modelos respectivos.
Más allá de la reducción de dióxido de carbono emanado al medio ambiente, los organismos gubernamentales buscan reducir paulatinamente el monto de los subsidios al combustible otorgado a las empresas de transporte de pasajeros.
Los subsidios hoy representan (sobre una base de $ 40) un 60% del valor de cada litro de gasoil, haciendo frente los empresarios a los 16 pesos restantes. Teniendo en cuenta que el valor del m3 del gas es de $16 esto sólo comparando el costo de combustible no produciría ninguna modificación al bolsillo de los empresarios, pero sí un cuantioso ahorro a las arcas del estado.
El fondo del asunto radica en el precio de las unidades, que supera en un 30% a las propulsadas con diésel, a lo cual seguramente los empresarios pongan resistencia.
Según nuestra percepción, este escollo obligará a los gobiernos de nación y ciudad a encontrar la manera de subsidiar esa diferencia con tasas a través de créditos blandos, o bien dando un único subsidio a cada empresa por las unidades a reemplazar. Por otra parte, probablemente establezcan una fecha límite para el reemplazo de la flota.
AT.