La preparadora alemana lo hizo de nuevo: tomó un Mercedes-Benz de los más icónicos y lo modificó para ser, en palabras de la casa germana, “la definición de conducir sin límites y directamente a la acción”.
Se trata de una customización para el Clase G basada, como no podía ser de otra manera, en el AMG-G63 pero variante pick up, lo cual le da más credenciales no solo para el off road sino también una silueta distintiva.
Pero para acentuar estas características, Brabus lo equipó con diferenciales específicos, un malacate para poder sacar otro vehículo de algún aprieto y separadores para poder calzarle las llantas de 22 pulgadas Monoblock HD. La carrocería, en color negro metálico obsidiano lo que le da el mote de “Superblack”.
Adentro, el XLP tiene un tratamiento denominado “heritage” que cumplimenta los más de cuarenta años de Brabus. Además, por el habitáculo hay diseminados varios logos con el “77” que marca el año de fundación de la marca.
Para estar a la altura del look deportivo, y haciendo honor al nombre, son 800 CV los que desarrolla el V8 de 4 litros con retoques en las turbinas. Complementa al motor un sistema de escape específico con salidas cubiertas con fibra de carbono y dos modos de regulación de sonido “sport” y “coming home”, que atenúa o expande el rugido del ocho cilindros.
Con este “ve ocho”, la pick up alcanza los 100 km/h en apenas 4,8 segundos, y desarrolla un torque de ¡1000! Nm. La transmisión corre por cuenta de una caja automática de nueve velocidades y la velocidad máxima limitada a 210 km/h.
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