El Escort es sin duda uno de los modelos más recordados en la historia de Ford (incluso en nuestro mercado donde se posicionó entre la clase media como un modelo que superaba la media-tabla).
Tras varios años en el olvido y nuevas generaciones de compactos, y de sedanes, Ford plantea ahora su regreso.
Por el momento lo hace como concepto ya que es uno de los platos fuertes del óvalo en el Salón de Shanghai.
Ford puso nuevamente en el escenario al Escort y a través del concept muestra la visión de futuro de cómo puede ampliar las soluciones de la plataforma de coches compactos en China.
Desde 2006 Ford ha invertido un total de u$s4.900 millones en China y la presencia de la compañía en la región va a aumentar paulatinamente. De hecho, prepara el lanzamiento de 15 nuevos modelos de aquí a 2015. Asimismo, planea inaugurar siete nuevas plantas en Asia Pacífico (siete de ellas en China) y contará con la capacidad de producir 2.7 millones de vehículos al año en la región.
Hace menos de un año Ford anunció como parte de su mayor expansión en 50 años que la compañía construiría una fábrica de última generación en Hangzhou y duplicaría su capacidad de producción en China hasta alcanzar más de un millón de vehículos de pasajeros al año en 2015. Ford y su empresa asociada, Changan Ford, invertirán 760 millones de dólares en la planta.
El Ford Escort Concept exhibido en el Salón de Shanghai demuestra cómo el ADN de Ford evoluciona para adaptarse a la más diversa variedad de clientes y con este, en un segmento que supone más del 25% de aquel mercado y que incluye el coche más vendido en China y en el mundo entero en 2012, el Ford Focus.
Desarrollado a partir del éxito del Ford Focus, el Ford Escort Concept, es un nuevo compacto diseñado para un cliente totalmente diferente. Está pensado para clientes cuya prioridad es la amplitud, la funcionalidad y el diseño. Un auto no pretencioso, que permita una utilización racional para familias y amigos.
En el Escort Concept, vemos la rejilla ligeramente más alta y los faros alargados, cuidadosamente diseñados para parecerse al número del dinero, el ocho.
De esta manera, recupera todas las claves del nuevo lenguaje estético de Ford, como los faros con LEDs y la enorme calandra que preside ahora todos los modelos del óvalo azul (la cual, por mucho que les moleste, a mucha gente le recuerda la de un Aston Martin).