La terminal alemana suspenderá a partir del miércoles 5 de marzo hasta el lunes 10 del mismo mes inclusive, la producción de vehículos por la disminución de la demanda del mercado brasileño y en menor medida, por disminución las ventas en el mercado local.
El viernes 28 de febrero en la planta de General Pacheco donde Volkswagen fabrica los modelos Amarok y Suran para el mercado local y de exportación, salieron las últimas unidades y se apagaron las luces de la planta que volverán a encenderse recién el martes 11 de marzo cuando comience nuevamente la producción, suspendiendo al personal operativo de la planta durante cuatro días hábiles.
La suspensión de los asalariados no afectará sus ingresos, recibirán el 100% de sus salarios aunque no trabajen. La preocupación se extiende, si el contexto no mejora, ante posibles nuevas suspensiones o un reajuste al volumen de producción que podría llevar a despidos por cierre de uno de los tres turnos. A su vez, en los próximos días se trataran paritarias donde SMATA y las terminales tendrán que dialogar en un clima tenso para la industria automotriz y la economía Argentina.
Las alarmas ya las encendieron anteriormente las terminales con plantas en la provincia de Córdoba. Renault que acudió a las suspensiones el día 17 y 21 de febrero en su fábrica de Santa Isabel, mientras que FIAT en su planta de Ferreyra también suspendió personal alegando la falta de entrega de material de un proveedor.
Al resentirse la producción de vehículos, toda la cadena de valor de la industria automotriz se ve muy afectada, especialmente las autopartistas proveedoras de estos centros industriales que se verán forzadas a reajustar sus producciones.
Las perspectivas para el sector no son las mejores, como mencionamos en notas anteriores. El impuesto interno afecta de lleno al mercado local y hasta el momento, en poca medida a la producción nacional. La devaluación del tipo de cambio, si bien favorece a las exportaciones ( vale mencionar que el 70% de las piezas con las que se ensamblan los vehículos son importadas), afecta el valor de los vehículos en el mercado interno. Y por último, la demanda del mercado brasileño que impacta directamente en la producción nacional a disminuído considerablemente.
Los factores internos y externos ya son conocidos por el gobierno, esperemos como dijo la presidenta Cristina Fernández ante el Congreso, “si tenemos que corregir algo, lo vamos a corregir".