Primera Mirada Autos

PRIMERA MIRADA: VOYAGE I-MOTION

UN “AUTOMATICO” MAS CERCA DE LA GENTE

Los datos que maneja el departamento de marketing de Volswagen Argentina muestran un claro avance en las preferencias de los consumidores por las cajas automáticas durante los últimos cinco años. Por ejemplo, hoy el 61% de las ventas del segmento de autos de alta gama se las llevan las versiones con caja automática. En el segmento medio el porcentaje baja a un 27,7%, pero el crecimiento es muy considerable si tenemos en cuenta que en 2005 apenas llegaba al 2,8%. Y algo similar sucede en el segmento de autos más económicos, aunque los porcentajes son muy inferiores, claro está.

Frente a este avance en las preferencias de los consumidores argentinos es que VW introduce por primera vez una caja mecánica automatizada para su gama de productos más populares. La intención es alcanzar un 2% de las ventas totales dentro del segmento de autos compactos que se vendan en la Argentina durante este año y conquistar un 8% de la torta en el 2014.

Esta caja automatizada estará disponible en todas las versiones de Voyage, Gol Trend, Fox y Suran y recibirán la denominación I-Motion (de Intelligent Motion).

La caja automatizada no es un invento nuevo. La marca ya la puso en práctica por primera vez en el Lupo, un modelo que se vendió en Europa cuando terminaba la década del noventa, y más tarde en el Audi R8. En nuestro país tampoco es algo nuevo: Chevrolet puso a la venta hace algunos años las versiones Easytronic en el Meriva y en el Corsa y Fiat hizo lo propio el año pasado con su caja Dualogic para el Línea. Y, particularmente, recuerdo haber probado también en el año 2000 o 2001 (perdonen la imprecisión, pero a veces se hace difícil mantener ordenado el disco rígido) un Mercedes-Benz con un sistema similar.

Automática vs automatizada
Lo primero que hay que aclarar es que una caja automatizada no es lo mismo que una automática. Una caja automática tiene un convertidor de par y estructuralmente es diferente a una caja mecánica. La caja automatizada I-Motion es otra cosa. Es una caja manual, de hecho es la misma caja MQ200 que llevan autos como el Gol Trend, Voyage, Suran y Fox, sólo que se le acopla un grupo hidráulico y otro grupo eléctrico que accionan el embrague en lugar de que lo haga el conductor. Es decir, no deja de ser una caja manual, sólo que a los efectos de la conducción es como si fuera una caja automática.

La ventaja de estas cajas automatizadas es, por un lado, el costo. Es mucho más barato producir una I-Motion que una caja automática. Por otro lado, para el conductor representa una ventaja indiscutible en términos de confort, ya que no hay que hacer cambios. Y, finalmente, un ahorro de combustible respecto a la misma caja manual sin el sistema de automatización: según los datos oficiales entregados por VW, el consumo de un auto con la caja I-Motion es un 1,5% inferior al mismo auto con la caja mecánica tradicional.

Al volante
Debo confesar que me senté en el asiento del Voyage que estaba en la planta cordobesa donde se produce la caja MQ200 automatizada no sin cierto prejuicio. Las veces que había tenido la oportunidad de probar autos con este tipo de mecánica no me había convencido en virtud de los cabeceos que se producían en el paso de las marchas. Sinceramente era algo muy molesto y que obligaba a pensar que la comodidad que se ganaba por un lado se perdía por el otro. Una solución más económica pero que no terminaba de cerrar en la ecuación.

Si bien apenas pudimos hacer un trayecto de una veintena de cuadras, fueron suficientes para percibir la notable mejora que hay en esta I-Motion respecto de las probadas anteriormente en otras marcas. Definitivamente no hay un cabeceo en el paso de los cambios y esto se logró, según explicaron los ingenieros, acortando la relación de la segunda velocidad y optimizando las relaciones del resto de los engranajes. Sería faltar a la verdad no decir que sí existe una marcada demora en el paso de cada marcha si lo comparamos con las cajas automáticas de verdad. Un quedo apreciable en esa fracción de segundo que la caja tarda en pasar de un cambio a otro, pero no es algo que reporte la incomodidad que había percibido en otros modelos.

Desde el punto de vista de la conducción y del comando de la caja, prácticamente no hay diferencias con una automática. Y digo prácticamente porque hay una única diferencia: uno puede pararse en un semáforo con la palanca puesta en D sin necesidad de tener apretado el freno para que el auto no arranque, cosa que sí hay que hacer en los autos con caja automática. Acá, por más que la selectora esté en D el auto no se mueve si no se acelera y es porque es lo mismo que cuando en una caja totalmente manual uno está con la primera puesta y el pedal del embrague apretado. Es decir que si estuviéramos en una pendiente con la selectora en D habría que pisar el freno para que el auto no se vaya para atrás.

Para arrancar el auto hay que pisar el pedal del freno, igual que en una automática. Y después es cuestión de poner D y acelerar y frenar. O seleccionar el modo secuencial para pasar los cambios de manera manual desde la misma selectora o desde las levas detrás del volante. Y, además, tiene el modo Sport para pasar los cambios a revoluciones más altas, aunque esto mismo puede hacerse al presionar a fondo el acelerador para que la central electrónica interprete la urgencia del conductor y tire los cambios más altos.

Concluyendo y como para no redundar en el asunto, resulta evidente en esta nueva caja automatizada I-Motion que la tecnología hizo posible hacer de una caja manual otra que funciona de manera casi idéntica a una automática, mucho más compacta y económica, lo que permite una automotriz la ponga a disposición de sus clientes a un precio accesible (por 3.500 pesos más) y en una gama de productos populares.

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