Fiel a la filosofía oriental de la marca, Toyota debió templar el espíritu y no le tembló el pulso al tomar la honorable decisión de volver a llamar a revisión ahora a 1,6 millones de sus clientes. El defecto de fábrica consiste en posibles pérdidas de aceite prematuras.
Primero fueron las alfombras que obstaculizaban el recorrido del pedal del acelerador por lo que debió llamar a recall a 3,8 millones de unidades. Luego hubo un problema en una de las piezas del acelerador que podía ocasionar un regreso lento del pedal e incluso hasta que se quede trabado por lo que debió llamar a revisión a 4,5 millones de vehículos y detener la producción de ocho modelos.
Le siguieron 437 mil unidades de vehículos híbridos, en su mayoría del modelo Prius de última generación, con 
posibles defectos en el sistema de frenos. Por último, reiteradas quejas de los usuarios por supuestos inconvenientes en la dirección hidráulica llevaron al Corolla al banquillo de la Agencia de Seguridad Vial estadounidense que se encuentra investigando el caso, y que podría llegar a terminar en un nuevo recall millonario.
Ahora debió convocar a 1,6 millones de usuarios más en todo el mundo por una posible fuga de aceite. Aparentemente una de las piezas del sistema de lubricación podría deteriorarse más rápido de la cuenta, lo que traería filtraciones. En este caso, los conductores notarían ruidos extraños y un testigo luminoso se encendería en el tablero. Toyota señala que no existe riesgo de accidente sino de daños en el motor.
Entre los modelos afectados se encuentran los Toyota Camry, Avalon y RAV4, así como los Lexus ES 350 y RX 350. Esta nueva campaña de reparación se suma a los cerca de 8,5 millones de vehículos revisados en todo el mundo por problemas relacionados con los aceleradores y el sistema de frenos, ninguno de los cuales afectó en ningún momento a unidades importadas a nuestro país, mucho menos a las fabricadas en el Mercosur.