A poco más de dos meses de su presentación en el Salón de Frankfurt, la Toyota Land Cruiser Prado japonesa llegó al mercado argentino, donde cuenta con una gama conformada por dos variantes.
Los cambios comienzan en el exterior, donde cuenta con un restyling que se luce principalmente en el sector frontal, con nuevas ópticas y parrilla y renovados capot y paragolpes. También tiene cambios en las llantas de aleación de 17” y las ópticas y el paragolpes de la parte trasera.
En el interior, el modelo posee fuertes novedades en la plancha, el tablero de instrumentos, la consola central y el volante, heredado de la Land Cruiser 200, su hermana mayor.
El equipamiento de la versión TX-L incluye llantas de aleación de 17”, asientos delanteros eléctricos, ventilados y calefaccionados, asientos traseros calefaccionados, cámara de estacionamiento, techo solar eléctrico, tapizados de cuero ecológico y sistema multimedia con CD, MP3, Bluetooth, conexiones auxiliar y USB y pantalla de 9″.
La seguridad cuenta con ABS con EBD y BA, siete airbags, controles de estabilidad y tracción activo, asistencia de arranque en pendientes, control de descenso, Isofix y luces diurnas, principales y antiniebla de LED.
El nivel VX agrega llantas de 18”, lavafaros delanteros, sensor de estacionamiento delantero, detalles de interior símil madera, display de información múltiple con pantalla a color de 4,2″, espejo interior automático y volante con regulación eléctrica.
Por su parte, el motor es un naftero V6 con 4 litros, 275 caballos y 381Nm de torque, el cual se asocia con una caja automática con seis velocidades y modo secuencial. La tracción es 4×4 integral permanente con diferencial central y reductora, mientras que la variante VX suma el bloqueo de diferencial trasero.
La Land Cruiser Prado TXL A/T cuesta 92.800 dólares y la VX A/T cotiza a 102.600, mientras que la garantía es de 3 años o 100 mil kilómetros.