El Volkswagen T-Cross Breeze estrenado en Ginebra es el anticipo de un futuro SUV chico de la marca alemana, que lo vincula con la gama de su modelo Polo, el cual pertenece al segmento B.
El nuevo prototipo posee una estética que representa el “diseño SUV de la nueva era”, incluyendo carrocería descapotable, generosa parrilla frontal asociada a las ópticas con luces LED y una presentación general con estilo off road.
Por el lado de la dimensiones, tiene una longitud de 4.133 milímetros, un ancho de 1.798 mm, una altura -con la capota cerrada- de 1.563 mm y una distancia entre ejes de 2.565 mm. A eso se suman los voladizos cortos y las llantas de 19 pulgadas.
En el interior dispone de un estilo simple y tiene las infaltables pantallas tanto para el tablero de instrumentos como para la consola central. Está configurado para cuatro personas, mientras que el baúl posee unos 300 litros de capacidad de carga.
Entre sus “chiches”, el prototipo cuenta con una Selección de perfiles predecible, una función de asistencia que está conectada con la navegación, la cámara frontal y otros sistemas del auto, lo que le permite reconocer el tipo de camino y puede modificar el funcionamiento del motor, los amortiguadores y la dirección.
Por otro lado, el sistema de control “by wire” se encuentra en la consola central y permite comandar la caja DSG, el freno de estacionamiento electrónico y la regulación del Sistema de Suspensión Adaptativa Electrónica (DCC).
El motor encargado de moverlo es el 1.0 TSI con tres cilindros, turbo e inyección directa con 110 CV y 175 Nm. Se combina con el sistema Start/Stop y la caja automática DSG con doble embrague y siete velocidades.
Con un peso de 1.250 kilogramos, el VW T-Cross Breeze puede acelerar de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos y logra una velocidad máxima de 188 km/h, al mismo tiempo que el consumo es de 5 l/100 km.
