Existen muchas formas de probar un auto. Uno puede medir aceleraciones, velocidad máxima y consumo, podemos ver cómo se comportan las suspensiones en cuanto a confort o en cuanto a comportamiento dinámico, y también podremos analizar el equipamiento en función del precio. Pero en una semana que es lo que suele durar un préstamo es muy difícil “medir” a ciencia cierta cómo es la resistencia y la calidad de los materiales con que está construido el interior.
Pero Hyundai puso a prueba un i30 de la manera más inusual. Le soltó una horda de 40 monos, animalitos realzados por la literatura pero en la realidad conocidos por sus hábitos destructivos. Los animalitos tuvieron 10 horas para hacer de las suyas, tocar cuantas cosas quisieran, girar las perillas y pasar sus pezuñas por tapizados, plásticos y chapa.
El resultado fue muy bueno, según la gente de Hyundai, que obviamente no iba a decir otra cosa, ya que aparentemente resultó sólo con algunos rayones. Pero lo destacable es la versión que dieron los mismos empleados del parque Safari Knowsley, de Gran Bretaña, popularmente conocido por la presencia depredara de estos simpáticos monitos. “Yo ya vi miles de autos en este parque atacados por los monos en un descuido de los dueños. Y ninguno de ellos resistió tan bien como este Hyundai i30”, dijo uno de los guardaparques.