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TRIBUTO DE MINI A LOS 50 AÑOS DEL 911

PORSCHE Y MINI: DOS ICONOS Y EL SECRETO DE LA JUVENTUD


Hay diversas formas de celebrar y un clásico decidió saludar a otro clásico por su 50 aniversario. De esta manera dos íconos de la industria automotriz se unieron. El pequeño coche original británico y el mito deportivo alemán compartieron escenario y un secreto que explica su éxito: simplemente no envejecer.

El Porsche 911, el coche deportivo alemán por excelencia, festeja su 50 aniversario y en este marco, MINI se sumó con el classic Mini para rendirle un tributo.

Aunque a primera vista los dos modelos parecen tener poco en común (disposición de los motores: frontal en el Mini, trasero en el del Porsche), los dos modelos son automóviles de culto y tienen otros puntos que comparten, que ameritan unas felicitaciones especialmente cordiales.

Los dos modelos aumentaron su popularidad vertiginosamente. El Mini como coche estreno, con ventas que se dispararon rápidamente. El 911 como sucesor del Porsche 356, por lo que ya tuvo los genes deportivos desde el mismo momento de su aparición.

Son muy pocos los automóviles que perduraron en el transcurso del tiempo. Y a pesar de los cambios que experimentaron, siguen siendo inconfundibles.

Las felicitaciones con motivo de aniversarios redondos suelen rememorar los inicios. Aunque el Mini y el Porsche 911 son únicos, sí comparten ciertas características.

Por ejemplo, la trabas que tuvieron que superarse hasta encontrar el nombre. El 911 primero se llamó 901 en 1963. Sin embargo, Peugeot ya tenía reservado el número 0 en la identificación de tres cifras de sus modelos. Por lo tanto, cuando se lanzó el Porsche al mercado, se optó por llamarlo 911.

La inclusión del número 1 fue un acierto, pues en su segmento sigue siendo el número 1 hasta el día de hoy. Entretanto ya son 7 las generaciones del 911. En total se vendieron 800.000 unidades, todo un récord en este segmento.

Del Mini, por lo contrario, nacieron mellizos. La British Motor Corporation (BMC) develó un coche pequeño de carácter revolucionario el 26 de agosto de 1959. El público presenció la aparición de dos modelos: el Morris Mini-Minor y el Austin Seven.

Entretanto se sabe cuál de los dos nombres terminó imponiéndose. Y en lo que se refiere a las ventas, hasta el 2000, cuando finalizó la fabricación del classic Mini, se habían vendido 5.300.000 unidades, por lo que es el coche británico de mayor venta.

Pero, ¿qué serían los coches exitosos sin sus creadores? Ni Sir Alec Issigonis ni Ferdinand Alexander Porsche pudieron intuir que con sus propuestas habían sentado las bases para el surgimiento de íconos automovilísticos inmortales.

Únicamente profetas podrían haber predicho que Ferdinand Alexander Porsche había creado el coche deportivo más exitoso de todos los tiempos, y que Alec Issigonis había diseñado el único coche pequeño del mundo de personalidad inconfundible.

Y los dos comparten un importante rasgo más: estar en la cresta de la ola durante tantos años, es indispensable continuar desarrollando. Ser más moderno y fascinante que cualquier coche de la competencia: esa es la idea que impulsa a los dos modelos.

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