Dos meses después del inicio de las negociaciones, el Sindicato de los Metalúrgicos de São José dos Campos, aprobó la propuesta de General Motors en una asamblea que reunió a 5.000 trabajadores. La propuesta que establece un nuevo piso salarial y bonificaciones para los empleados se aceptó a cambio de poner en carrera nuevamente a la planta del interior de San Pablo para recibir una nueva inversión y que se perfilaba para no participar.
De esta manera, la planta (nueva) entra en la disputa con otros países para recibir un desembolso de R$2.500 millones para la producción de un nuevo modelo global de gran volumen de ventas (¿sustituto de Celta?) para 2017 de acuerdo a lo que señala AutoData, socio editorial de TM en Brasil.
El salario mínimo que se consensuó es de R$1.700 sólo restringido a la nueva planta, ajustado por el INPC de septiembre de 2014.
Luiz Moan, director de RR.II de la empresa, señaló que la aprobación del acuerdo con el sindicato no garantiza que la contribución se realizará en São José dos Campos, pero hace que sea más viable.
Actualmente, la fábrica de São José dos Campos en el Valle de Paraíba –interior de San Pablo- emplea a más de 6.500 personas y allí se fabrican hoy el Classic, Trailblazer, S10, motores y transmisiones.
Para quedarse con la nueva inversión, además la ciudad de San José y el gobierno ofrecen incentivos fiscales e incluso un distrito industrial, construido con dinero público para la instalación de proveedores.