Mercedes-Benz dio a conocer el bestial S 63 AMG Coupé, un automóvil que combina confort con deportividad, posicionándose en la franja más exclusiva de la marca de la estrella.
Pese a su imagen, lo más más impactante de este producto se encuentra debajo del capot. Nos referimos al motor V8 naftero con inyección directa y sobrealimentación por medio de dos turbocompresores, el cual desarrolla una potencia de 585 caballos y un intimidante torque de 900 Nm.
La única transmisión disponible es la automática AMG SpeedShift MCT, con siete velocidades y distintos modos de funcionamiento, mientras que la tracción podrá ser trasera o integral 4Matic, esta última con un mayor reparto para el eje trasero (67%) en condiciones normales. En el modo "Race Start", y en combinación con la tracción 4 Matic, puede acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 3,9 segundos (4,3 s con la tracción trasera), al mismo tiempo que en ambos casos la velocidad máxima está limitada en los 250 km/h.
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Al cuantioso equipamiento de confort y seguridad se le suman los sistemas de suspensión Airmatic (amortiguadores de dureza variable) y la Magic Body Control, la cual mediante sensores registra las imperfecciones del camino y se configura en función de las mismas. Opcionalmente, el modelo puede contar con discos cerámicos. Además, es 65 kilos más liviano que el modelo precedente.
Partiendo de la base de diseño del sensual S Coupé, este modelo firmado por AMG cuenta con una estética deportiva conseguida gracias a los paragolpes específicos y las llantas -de 19 o 20 pulgadas- en tonalidad oscura junto con la cuádruple salida de escape trasera.
El habitáculo se suma al estilo "racing" al contar con cuero en tonalidad gris oscuro, detalles en símil metal y apliques de carbono. Además, mantiene -respecto del Clase S sedán- las dos pantallas de generoso tamaño; una de ellas está destinada al tablero de instrumentos.
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