coment_2La decisión de Mahle de cerrar una de sus plantas en la provincia de Santa Fe, y la de Autoliv de trasladar sus operaciones a Brasil no tienen –hasta ahora- marcha atrás. Pero tampoco se tratarían de casos en los que la crisis golpeó con fuerza. En el sector autopartistas local –de acuerdo a sondeos en el mercado- habría al menos cuatro o cinco firmas más que están enfrentando serios problemas operativos.
De acuerdo a las consultas de TM, a nivel oficial se está negociando para trata de encontrar alguna solución viable para que las empresas –ubicadas en Córdoba y territorio bonaerense- se saquen la soga del cuello. Pero dado el tratamiento –como ha ocurrido con otros temas de la industria- podría llegar a transformarse más en buenas intenciones que de soluciones atinadas y sobre todo de fondo. Hasta el momento, (“no es generalizado”, explicaron en el sector), son varias las firmas que están recibiendo parte de la ayuda oficial: subsidios al salario (como los Repro) que maneja el Ministerio de Trabajo: $600 por mes – por empleado.
Apreciaciones aparte (compartidas en el sector), la filial local de la firma sueca Autoliv, dedicada a la producción de airbags y cinturones de seguridad, sigue adelante con el plan de cerrar su planta en el parque industrial de Pilar. El cierre se haría efectivo antes de fin de año e incluiría el traslado de toda la producción y la línea de montaje a Brasil. Según empleados de la firma, desde hacía dos meses venían trabajando con un esquema de suspensiones del personal. Actualmente trabajan allí unas 170 personas, de acuerdo a lo que había adelantado La Nación.
El primer caso en saltar o “blanquearse” fue el de la autopartista alemana Mahle que resolvió cerrar una de las plantas que tiene en Rosario (donde produce aros de pistones), con el consecuente despido de 500 trabajadores.
En las últimas horas, los directivos de Mahle se comprometieron ante el Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe a colaborar en el proceso de venta de la compañía, cuyas actividades se encuentran paralizadas desde hace dos semanas y para la cual tanto el gobierno santafesino como las autoridades de la Nación están buscando un inversor.
En la primera audiencia de partes en el marco de la conciliación obligatoria dispuesta por la cartera laboral santafesina –según publicó Crítica-, los representantes de Mahle, delegados de los trabajadores, dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el delegado del Ministerio de Trabajo de la Nación, firmaron un acta acuerdo que abriría una salida al conflicto.
El diario Crítica destacó que el compromiso de la empresa —que no surgió de motu proprio sino por presión de las autoridades— consiste en mantener a la firma en condiciones para que cualquier inversor interesado pueda ponerla en funcionamiento en forma inmediata sin afectar los puestos de trabajo.
De acuerdo a lo que pudo averiguar el medio, antes del encuentro en el que la empresa mostró voluntad, se especulaba con que el gobierno nacional ejercería una presión mayor hacia la compañía alemana. En ese marco –publicó Crítica- se supo que la Nación evaluaba la posibilidad de expropiar todos los bienes que la empresa tenía en la Argentina, entre los que no sólo se encontraban la fábrica de Rosario sino además la ex Edival de Rafaela (válvulas) y una dependencia comercial en Pilar, si Mahle no mostraba voluntad de encarar un camino de diálogo para solucionar el conflicto.
El Gobierno fijó restricciones para el ingreso de bombas para líquido refrigerante y agua provenientes de China, luego de una denuncia de dumping efectuada por una firma argentina.
El Ministerio de la Producción resolvió fijar un valor mínimo FOB de u$s 26,30 por kilogramo a esas autopartes, que tienen como destino el mercado de reposición no equipo orginal, a raíz de una denuncia de las firmas Volckmann S.A. y VMG S.A., según fue publicado en el Boletín Oficial.
La resolución tiene cuatro meses de vigencia. Se suma a los tantos mecanismos de protección que el Gobierno implementó desde septiembre para restringir el ingreso de productos provenientes, sobre todo, de Brasil y China, con el objetivo de proteger a la industria local de la crisis global.