Ford Argentina logró un paso más para reducir el impacto ambiental generado por su actividad productiva, ya que desde el 1º de octubre de 2016 no envía los residuos industriales provenientes de la fabricación a los rellenos sanitarios o de seguridad.
De esta manera, la marca del Óvalo se suma localmente a la iniciativa Global Zero Waste to Landfill (ZWTLF), la cual es un objetivo que posee para todas sus fábricas en el mundo.
El nuevo proceso permite reciclar los desechos y disminuir la cantidad de desperdicios, además de educar y concientizar. Esto fue posible gracias a acciones como entrenamientos sobre gestión de residuos, monitoreo de la generación de desperdicios, separación de los orgánicos (comedores de la planta) con destino el compostaje por lombricultura y rediseño del circuito de recolección interna.
Los desechos que deben pasar por un tratamiento especial son las baterías de vehículos, los aceites lubricantes, los barros de esmalte y los solventes, los cuales son enviados a un tratador habilitado. Por su parte, los neumáticos se reutilizan para producir pisos sintéticos de canchas de deportes, mientras que las botellas PET son recicladas (lo recaudado es para el Banco de Bosques).
Por su parte, los aceites comestibles provenientes de los comedores de la empresa son para el programa BIO de reciclado de aceites de la provincia de Buenos Aires, proceso en el que se obtiene biodiesel y cuya rentabilidad es donada a un comedor comunitario ubicado en la provincia de Buenos Aires.
En otro orden, las tapitas y el papel son para la Fundación Garrahan, al mismo tiempo que materiales como cartón, nylon, metales ferrosos, madera, plástico, aluminio, cobre, polietileno expandido y vidrio son reciclados integralmente.
De esta forma, la marca reduce el pasivo ambiental, el impacto en el medio ambiente y se mejora la vida de las personas.