Mercado Autos

DÉJÀ VU: IMPACTO INTERNACIONAL, TROPIEZOS INTERNOS

INDUSTRIA: UN PRESENTE PREOCUPANTE, UN FUTURO INCIERTO

El término déjà vu (/deʒa vy/, en francés ‘ya visto’) describe la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación. Y esa es la sensación que deja o transmite por estos días el presente de la industria automotriz en su conjunto. Suspensiones o despidos, cierre de plantas, baja de producción y ventas forman parte de una escena que se proyectó hace seis años (y que se fue gestando en 1998 y terminó de “explotar” en 2002).

Al momento son pocos los actores que quieren opinar porque la incertidumbre de lo que está sucediendo o de lo que vendrá es enorme y nadie se quiere arriesgar a dar pronósticos. No obstante, los movimientos y reacciones frente a este escenario -donde la crisis internacional, su impacto en este rincón del planeta y a lo que se suman los desaciertos gratuitos de la dirigencia local no están dan tregua- se comienzan a sentir.

A fines de 2007 nadie preveía esta situación para la industria, todo lo contrario (principalmente por la tracción de la región en su conjunto). Así, el sector que se encaminaba a batir año a año su propio récord y alcanzar un estatus de privilegio hacia 2010/2012 comenzó a tambalear (más allá de los roces internos históricos): primero con el conflicto Campo-Gobierno (algo innecesario para muchos analistas), luego por el brusco giro financiero internacional que impacta en todos los mercados, a lo que se suman turbulencias internas como la estatización de las AFJP y la retracción del crédito que dan un condimento extra a todo este panorama.

CAUSA Y EFECTO
Como era de temer y lamentablemente esperar, el golpe de la crisis financiera internacional a la industria automotriz se empezó a sentir. A fines de septiembre en TiempoMotor se publicó la decisión de General Motors de suspender las actividades en Rosario (para fin de octubre: 27) por una semana ante la caída de la demanda.

Pero a es decisión se sumó un nuevo hecho. Mariano Fernández, delegado de los trabajadores de GM, informó a radio rosarina LT8 que los empleados de la planta en Rosario se encontraron esta mañana (23) con las puertas cerradas y no pudieron ingresar a trabajar. El Ministerio de Trabajo había dictado ayer (22) una conciliación obligatoria por un conflicto que había desatado el despido de un operario.

“Llegamos esta mañana con cierta alegría porque habíamos logrado después del paro la reincorporación del compañero mediante la resolución del Ministerio de Trabajo. Ayer la planta volvió al trabajo prácticamente en su totalidad. Hoy a la mañana cuando llegamos nos encontramos con que todos los accesos estaban cerrados y las luces apagadas, no permitían ingresar a nadie, había un móvil de la policía”, indicó Fernández.

Se realizaron los llamados oficiales pertinentes: por ahora, sin respuesta.

En Córdoba la situación no es mejor. Iveco ya había realizado parates de producción por un día. A pesar de los rumores, no hay nada confirmado de que se aplique una nueva medida. Por el lado de Fiat, se había alertado con una suspensión que finalmente no llegó. Las previsiones de producción (no aumento) siguen en pie.

En el mismo escenario cordobés, la crisis se hizo sentir en la marca del rombo. Renault cesanteó a 300 operarios, según acordó con el Sindicato de Mecánicos (SMATA Córdoba). “Iban a ser 620, pero logramos un acuerdo con la empresa de que ese número de compañeros baje a 300”, afirmó Leonardo Almada, vocero de la filial del gremio, a Clarín.

Según fuentes de la empresa, en las últimas semanas Renault perdió un tercio de sus exportaciones a raíz de la crisis financiera internacional. Además, paralizará la producción de su planta de Santa Isabel hasta el viernes (24), lo cual el resto del personal cobrará durante esas tres jornadas no trabajadas el 70% de su salario.

En provincia de Buenos Aires –cuna industrial por peso y presencia de terminales- la preocupación no es menor. Ford, Volkswagen, Toyota, Mercedes-Benz y PSA Peugeot Citroën analizan cómo seguir. Mientras que para algunos hoy es más importante monitorear el precio de algunos commodities sin dejar de lado la cautela, otros dejaron en stand by sus planes de expansión; mientras que en el caso del grupo galo continúa trabajando una hora menos por turno.

RETAIL EN PIE DE GUERRA
Mientras lo embates golpean a la parte productiva, el sector comercial hoy se enfrenta –por un lado- a la retracción de la demanda. Producto de la incertidumbre reinante se estima que la contracción en la compra ya se ubica en el orden del 10 por ciento –respecto del mes anterior.

Por otro lado, las negociaciones con el sindicato de Mecánicos que dirige José Rodríguez –quizá hasta más duras que en 2004-2005- alcanzaron un estado crítico y muy agresivo. Lejos del acuerdo y con paros –a pesar de la intermediación del Ministerio de Trabajo- las manifestaciones por parte del gremio se pueden ver en los frentes de varios concesionarios.

En medio de las “negociaciones” SMATA parece que estaría reformulando el planteo y ha ofrecido, en lugar del reclamo del 65% por un año, llegar a un 35%, con una obligatoriedad de volver a reunirse en marzo. Las empresas del sector contra ofertaron hasta un 30% -de acuerdo a lo que informaron-, que SMATA no acepta y la negociación está estancada.

LOS PREVEEDORES Y LA ENTERNA LUCHA
Todo este movimiento impacta también en los proveedores. Así, la Asociación de Fábricas de Componentes (Afac) ya aseguró semanas atrás que las automotrices tienen planes de menor producción que “afectarán” a 1.100 puestos de trabajo en el sector de los proveedores.

A través de un comunicado, Afac expresó su “preocupación” por lo que denominó “significativas reducciones” de los planes de producción que, según señaló, las terminales automotrices “han comenzado a implementar” en el país.

Pero a los problemas que arrastra la crisis financiera, se suma el histórico problema entre terminales y proveedores por la negociación de los precios de las piezas. En este sentido -de acuerdo a lo que publicó El Cronista- varios directores de compras de terminales mantuvieron un encuentro para “evaluar la situación del sector y tratar de acordar una estrategia común para no reconocer ciertas subas en los costos a los fabricantes de autopartes”.

Mientras que desde las automotrices no reconocieron que el motivo de la reunión tenía que ver con los precios de las autopartes; desde el lado de los proveedores manifestaron su preocupación por no haber participado del encuentro (sí es que de precios se trató), de acuerdo a las fuentes consultadas por el diario.

“Los costos que estamos pagando a nivel piezas no nos resultan competitivos, pero de ninguna forma queremos cartelizarnos en contra de los autopartistas”, dijo al diario uno de los participantes de la reunión.
Con todos lo frentes abiertos, un contexto que no termina de dar tregua y un futuro incierto lo único que surge en cada conversación con directivos del sector es: “lo más triste es que nadie sabe en dónde desembocará esta situación porque todos los días aparece algo nuevo que te lleva a actuar sobre la marcha”.

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