Las imágenes que se conocen –si bien pueden distar en algunos puntos con la versión definitiva- dejan entrever un replanteo profundo y un estilo que conserva una moderada cuota de agresividad; el modelo sólo recibió desde su presentación en 2003 una sutil actualización en 2006. La segunda generación se está probando, entre otros lugares, en el desierto de California y puede asegurarse (como pasa con el 99% de los nuevos modelos) que crecerá en tamaño y porte.
Entre las novedades más salientes figura la incorporación de un chasis monocasco (suplantando los largueros) al adoptar la misma plataforma que el Hyundai Santa Fe, lo que en principio hace esperar una notoria mejora dinámica en el asfalto… y resignar algunos puntos fuera de él (es posible que ya no incorpore caja reductora).
Para el mercado americano se especula la llegada de tres motores, uno de cuatro cilindros y dos de seis configurados en V, todos nafta, con potencias de 170, 240 y 275 CV en franca asociación con transmisiones ya utilizadas en el Hyundai Veracruz. Para otros mercados se esperan también variantes Diesel y, aseguran de manera oficial, se equipará también con un motor que funcionará también con gas líquido. Es claro que el nuevo modelo apunta a seducir al consumidor 
norteamericano, por definición y fabricación: se producirá en West Point, estado de Georgia. El resto de los mercados pueden recibir al nuevo Sorento con dos variantes motrices: un V6 de 3,8 litros y 260 CV y un Diesel de 3,0 litros.
El interior, además de un replanteo y modernización general y presentará la posibilidad de incorporar una tercera fila de asientos con lo que elevará la capacidad de transportar pasajeros a siete plazas.
¿Será el próximo Salón de Seúl el escenario para develarlo?