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TRANSITO

BUENOS AIRES NO LIMITARA EL USO DEL AUTO

El caos de tránsito lo sufre a diario todos aquellos que viven en la ciudad de Buenos Aires y los que llegan desde las afueras para trabajar. Se estima que alrededor de 1.800.000 autos circulan por día en la Capital Federal. Y hay algo que marca la importancia que adquirió este tema para la ciudadanía: el informe del tránsito cada vez ocupa lugares más importantes y más extensos en todos y cada uno de los noticieros, tanto de radio como de televisión.

La solución es un tema de debate permanente los especialistas analizan los pro y contra de las medidas restrictivas y de aquellas que priorizan desalentar el uso del auto particular.

El domingo 25 de julio, el diario Clarín publicó una nota donde se analiza la posibilidad de establecer medidas restrictivas a la circulación de vehículos particulares en el ámbito de la ciudad, tal como sucede en “ocho ciudades de América Latina”, afirma el matutino.

Entre las declaraciones que cita la nota, el subsecretario de Tránsito y Transporte Guillermo Dietrich afirmó que “en este momento no hay planes para aplicar una restricción vehicular” en la Ciudad de Buenos Aires. “Para implementar un sistema de pico y placa como existe en otros países de Sudamérica hay que hacer una inversión enorme para controlar y para cobrar las multas. Me inclino más por tomar medidas de política pública para desalentar el uso del auto y priorizar el transporte público, como promover el uso de la bicicleta, peatonalizar (SIC) algunas calles y construir más subtes”.

No es el único protagonista que habló. Alberto Silveira, de la asociación Luchemos por la Vida, recuerda que “en 1994 impusieron el sistema de restricción vehicular por número de patente, pero fracasaron. Sólo logró una reducción del 2.6% porque la veda solamente funcionaba para autos particulares y era muy difícil de controlar. La mitad no lo cumplía y la otra tomaba taxis o remises”. Para otros especialistas, “la restricción es un recurso válido solo desde la perspectiva medioambiental”.

Todos concuerdan en que la solución pasa por desalentar el uso del auto particular. El urbanista Andrés Borthagaray explica en la nota publicada en Clarín que “es mejor apelar a una política general. Hace falta coherencia en la forma en que se reparten las inversiones entre el transporte público y las mejoras de la infraestructura para el auto particular. Hay que mejorar trenes y subtes y no construir más accesos por autopistas o playas de estacionamiento en áreas centrales”.

Finalmente, Eduardo Bertotti, director del ISEV, dice que “son más exitosas las medidas que toman ciudades como Madrid, donde desde las autopistas se informa a los conductores en qué zonas no hay más lugar para estacionar para que los autos no bajen. O en Londres, donde cobran una tarifa a los vehículos que circulan por las zonas conflictivas”.

PICO Y PLACA
Es una medida que adoptaron algunas ciudades grandes e importantes de Sudamérica, como Bogotá. Se trata de restringir el ingreso de los autos particulares a las zonas conflictivas en las horas pico y según el último número de la patente (placa).
En las ciudades donde además existe un fuerte problema medioambiental, el pico y placa no rige para los autos que tienen convertidores catalíticos, como una medida para estimular la renovación del parque automotor por otro menos contaminante.

TRANSPORTE
Todos los especialistas coinciden en que la única solución a mediano y largo plazo es mejorar el transporte público de pasajeros. En breve, la ciudad pondrá en marca un nuevo sistema de carril exclusivo para colectivos a lo largo de toda la avenida Juan B. Justo, similar al Trnasmilenium que hay en la ciudad de Bogotá, Colombia. Este sistema si diferenciará de los usados actualmente en otras avenidas porque será exclusivo de una línea de colectivo que unirá Gral. Paz con Puente Pacífico.

Además de esta medida, el gobierno porteño viene adoptando otras como los contracarriles en avenidas que antes eran de una sola mano.
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